Escándalo en ciernes: nuevo fragmento del Evangelio de Marcos no es del primer siglo

Un anuncio inesperado

De repente, en el ciberespacio, comenzó a circular una noticia intrigante y misteriosa por parte de un estudioso de manuscritos antiguos, Scott Carroll, hoy día asociado con el Museo de la Biblia, tuiteó, en el 1 de diciembre de 2011, lo siguiente:

¿Qué es el “so-call [sic.] John Rylands Papyrus”? Se refiere a un manuscrito del siglo segundo, ℘⁵² (del que hablaremos más tarde), que se considera el fragmento más antiguo del cristianismo que tenemos disponible. O sea, si hay uno del Nuevo Testamento más antiguo, ese descubrimiento hubiera sido histórico.

Pero, así como si nada, no se dijo ni una sola palabra adicional al respecto.
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Un debate interesante

Luego, un debate que aconteció en el 2012, entre dos grandes eruditos del Nuevo Testamento en torno al problema de si se han perdido los textos originales de dicha sección de la Biblia cristiana. Este intercambio se dio entre Bart D. Ehrman y Daniel Wallace: Ehrman era el que asumía la posición de que no podemos hablar de “recuperar los originales”, sino más bien los “textos más antiguos asequibles” (earliest attainable text).  Por otro lado, Wallace argumentaba que tal hazaña era posible.

La actividad fue organizada por Miles O’Neill, administrador de un portal dedicado a cuestionar, debatir y dialogar en torno a las exposiciones de Ehrman. Recomiendo ver todo el vídeo, porque realmente demuestra el calibre de ambos lados.

P52

P⁵², que contiene el pasaje, Jn. 18:34-36 – Foto cortesía de la John Rylands Library.

Ahora bien, durante el debate, Ehrman apunta al hecho de que no queda manuscrito alguno del primer siglo. El fragmento más temprano que tenemos del Nuevo Testamento es ℘⁵², cuyo origen data del 125 d.C. Es el único manuscrito cristiano que tenemos de la primera parte del segundo siglo. De hecho, dice correctamente que si se hiciera una colección de los manuscritos de los primeros 60 u 80 años del cristianismo y se pusieran ante el público, este no podría verlos. De todos los documentos antiguos, dice él, ¿cuántos manuscritos cristianos tenemos del primer siglo? Ninguno. Es más, el 94 % de ellos provienen del noveno siglo en adelante. La mayoría de las variantes que hay entre ellos parecen proceder de los primeros siglos del cristianismo, cuando no había ninguna autoridad centralizadora que controlara la calidad de su reproducción.

En el minuto 51 del vídeo, Wallace responde que el número de manuscritos disponibles de los primeros siglos del cristianismo necesitan ser revisados a la luz de unos “nuevos descubrimientos”. Luego, en la hora 1:13, Wallace revela que se han descubierto nuevos manuscritos cuya exposición y contenido se publicarían al año siguiente (2013). Según él, el número de manuscritos del segundo siglo subirían de una docena a dieciocho, dato que dejó intrigado a Ehrman.  Entre esos manuscritos, según Wallace, se encuentra uno del Evangelio de Marcos del primer siglo (hora 1:13-14). Este escrito fue evaluado por un papirólogo de gran reputación que lo dató al primer siglo, pero no mencionó su nombre.

En su respuesta, Ehrman cuestionó el número de manuscritos que mencionó Wallace y dijo:

“No sé de dónde Dan obtiene la cifra de 12 manuscritos del segundo siglo. Tengo en mi mano la lista oficial preparada por el  Institute for New Testament Textual Research de Münster, Alemania. Lo cotejé anoche de nuevo.  Cuenta solo cuatro manuscritos datados al siglo segundo. Estos cuatro suman un total de cuarentaidós versos en conjunto. (hora 1:20)

Más tarde, en la sección de preguntas y respuestas, Ehrman aprovechó una ocasión para preguntarle a Wallace sobre estos manuscritos (hora 1:48), esto es lo que tuvo que decir:

–Desgraciadamente, me temo que no te puedo decir esas cosas. Y la razón es porque todo el proyecto está bajo “hush, hush” [silencio] hasta que la editorial publique el material el año que viene. Te puedo decir que la editorial es E. J. Brill, una editorial de reputación. Y juré secreto sobre el resto de los datos.

Bart Ehrman puso un rostro de escepticismo que hizo reír a la multitud. Y Wallace añade:

–La datación ha sido corroborada …

–Ajá –responde Ehrman– te creo …

[Risas]

–No estoy seguro de que necesitamos toneladas y toneladas de estos manuscritos, el hecho de que tenemos uno …

–No sé si tenemos uno. — dijo Ehrman–. No lo he visto.

[Risas]

–Si quieres, hablamos de esto el próximo febrero … asumiendo que tenemos uno …

–Mira, –interrumpió Ehrman– si tienes un manuscrito completo del Nuevo Testamento, entonces tendrás mi atención. Pero si es un fragmento de doce versos de largo o un fragmento de doce versos en un manuscrito del quinto siglo, sería interesante, pero no revolucionaría el mundo…

Dice Ehrman poco después:

—No sé cuán largo es este manuscrito, no sé quién lo dató, no sé con qué base lo hizo …  Como tú sabes, han habido eruditos que han datado manuscritos al primer siglo, pero cuando se les somete a un examen crítico, resulta que sus puntos de vista estuvieron equivocados, como ha ocurrido dentro de los últimos diez años. Así que …

–Sí, pero te refieres a quacks [charlatanes].

–Sí, son quacks … digo, sí …

[Risas]

–No sé quién es el paleógrafo —añade Ehrman—. Podría ser el Pato Dónald, por lo que sé…

Es interesante ver cómo Wallace utilizó una táctica para que le ganara puntos frente al público dando un dato del que Ehrman (ni ningún otro erudito) tenía conocimiento absoluto alguno. Por otro lado, lo que no sabían ambos, es que la situación sería mucho más surreal y bizarra que el Pato Dónald.
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Presentan imagen del manuscrito del Evangelio de Marcos

Tres años pasaron desde ese debate, y nunca E. J. Brill publicó el libro esperado. Sin embargo, apareció en la discusión Craig Evans, un erudito cercano a Wallace y, también, muy respetado en el campo. Presentó por primera vez una imagen de cómo se veía el manuscrito del primer siglo del Evangelio de Marcos. Aquí está:

Máscara egipcia - Evangelio de Marcos

Máscara egipcia que supuestamente conservaba un fragmento del Evangelio de Marcos (Imagen usada bajo el concepto de uso justo —fair use–. Cortesía de Craig Evans, Acadia Divinity College).

No.  No me equivoqué de imagen. Esa es una máscara fúnebre (un cartonaje) de una persona no perteneciente a la realeza egipcia, hecha de papel maché. Uno de sus componentes era, supuestamente, el fragmento en cuestión.

Evans explicó cómo se extraería este segmento de la máscara mediante un líquido que la descompondría sin destruir la tinta ni el texto que nos interesa. Otro apologista cristiano, Josh McDowell, también estuvo refiriéndose al descubrimiento del fragmento del Evangelio de Marcos desde el 2013 mediante este método de defragmentación, pero también rehusándose a proveer más detalles. Además, afirmaba que las pruebas de carbono-14 habían confirmado que el manuscrito era de la época que alegaba.

Esa movida levantó no poca controversia. En su blog, Ehrman protestó por esta estrategia de obtener documentos, porque se quiere destruir una obra valiosa del pasado para extraer un fragmento que a quien único le interesa es a los apologistas. ¿Es que hace falta destruir las máscaras para recuperar estos textos y poder datarlos? Si es así, entonces, ¿cuántas máscaras del Antiguo Egipto han sido destruidas para buscar manuscritos como ese?

Ehrman también dejó clara su posición en su Fan Page en Facebook:

En la misma entrada de su blog, Ehrman preguntaba por qué no se daba a conocer de una vez el manuscrito para que los expertos de todo el mundo lo examinaran. ¿Por qué tanto atraso para ello?

Los eruditos Candida Moss, teóloga, biblista y experta en religiones, y Joel S. Baden, estudioso en literatura hebrea, fueron otros que objetaron esta manera de proceder de este sector cristiano de los expertos de Nuevo Testamento, no solo en cuanto a este caso, sino también en otros. En fin, es altamente improbable que se encuentren papiros cristianos en cartonajes egipcios, ya que la práctica de hacerlos aparentemente cesó en el año 14 d.C., poco antes de los inicios del cristianismo. McDowell alega que Carroll le mostró manuscritos que se obtuvieron defragmentando las máscaras egipcias, pero, hasta hoy, no se han publicado.

Posteriormente, se negó que el enigmático papiro fuera un fragmento de la máscara en cuestión. El asunto del cartonaje fue un episodio demasiado extraño para pasarlo por alto. Además, el retraso considerable en su publicación del fragmento del Evangelio de Marcos, llevó a algunos a pensar o que el papiro no era del primer siglo o que, simplemente, no existía.

No es hasta ahora, en el 2018, que sabemos mucho más de lo que aconteció. Ya ni Carroll, ni Wallace, ni Evans están bajo el embargo. A pesar de ello, lo que han dicho los tres es demasiado poco, y, si acaso, han despertado nuevos problemas tras la publicación.
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¿Quién fue “el Pato Dónald”?

Donald Duck

El Pato Dónald en “Orphan’s Benefit (remake)” (1941). Episodio de Disney, usado bajo “uso justo” (fair use).

Como es ampliamente conocido, Wallace y Evans son afiliados a la familia Green, descendiente del empresario David Green. Muchos han sospechado que fue dicho grupo el que solicitó que firmaran el acuerdo de confidencialidad, por lo que ellos no pudieron decir nada, excepto lo que “sus dueños” le dieran permiso para divulgar. Dicha familia es la dueña de Hobby Lobby, una gran cadena que vende mercancía relacionada con las artes. Esta es la misma cadena que se opuso a disposiciones del Affordable Care Act (conocido vulgarmente como “Obamacare”) para la protección de la salud de los pacientes. Dichas disposiciones obligaban a que los patronos proveyeran acceso a sus empleados a la píldora postcoital, que algunos cristianos consideran abortiva. La familia Green es cristiana conservadora y se identifica con la derecha política estadounidense. Son creadores de la Green Collection y del Museo de la Biblia que, da la “casualidad”, es el lugar donde trabajaba Scott Carroll. Por otro lado, Wallace y Evans, los dos, están afiliados a la Green Collection, donde la familia guarda los manuscritos. Además, los Green son los que han promovido históricamente la fragmentación de máscaras egipcias como método para extraer manuscritos cristianos. Finalmente, sucede que E. J. Brill, aunque una editorial reconocida y de prestigio, también le ha publicado manuscritos pertenecientes a los Green.

Debido a todos estos detalles, mucha gente sospechaba muy fuertemente que ellos eran los dueños de los manuscritos en cuestión, pero la duda persistía.

Finalmente, en abril del 2018, se publicó el volumen 83 de los conocidos Papiros Oxirrincos. He aquí la ficha:

Parsons, P. J. y N. Gonis. The Oxyrhynchus Papyri Vol. LXXXIII (Graeco-Roman Memoirs).  Egypt Exploration Society, 30 de abril de 2018.

Cubierta del volumen 83 de Oxyryncus Papiri.

Cubierta del volumen 83 de Oxyryncus Papiri.

Esta publicación pasó inadvertida para la mayoría de los estudiosos. Sin embargo, el estudiante graduado de crítica bíblica de la Universidad de Edimburgh y bloguero de Evangelical Textual Criticism, Elijah Hixson, notó que había algo extraño en ese volumen. Este incluía un fragmento del Evangelio de Marcos (P. Oxy. 5345) y otro de Lucas. Según la descripción de la Egypt Exploration Society, los dos aparecen fechados para la segunda parte del segundo siglo o la primera parte del tercero. Por cierto, ahora el de Marcos se ha catalogado también como ℘¹³⁷.

En una entrada en su blog del 25 de mayo, expresó su fuerte sospecha de que el papiro de Marcos que aparecía allí, era, de hecho, el famoso fragmento de Marcos del siglo I, aunque no fuera publicado por E. J. Brill y dijera que fue redactado más tarde. Presentó una serie de argumentos que parecían buenos indicadores de que se trataba del mismo documento al que se referían Carroll, Wallace, Evans y McDowell.

Esto no es poca cosa, porque le continúa echando combustible a este candente tema. Antes de continuar, debemos preguntar, ¿qué son los Papiros Oxirrincos? Estos son escritos en papiro que se encuentran en un basurero antiguo que se encontraron cerca de Oxirrinco, una región de Egipto. Fueron descubiertos y colectados originalmente por dos eminentes papirólogos de finales del siglo XIX y principios del XX, Bernard Pyne Grenfell y Arthur Surridge Hunt. ¿Por qué es relevante este asunto? Porque si aparece en este volumen, entonces le perteneció siempre al Egypt Exploration Society y parece no haber estado en manos de la familia Green, como muchos sospechaban. Esto hace del asunto uno más misterioso e intrigante.

Con su entrada en el blog, Hixson diseminó la preocupación entre los expertos en el campo. Tanto fue así, que Dan Wallace finalmente escribió sobre el asunto. Confirmó que efectivamente ese era el manuscrito en cuestión y que no era del siglo I. De paso, se disculpó con Ehrman por haber incluido una mala información sin verificar la fuente y sin haberlo visto. Al contrario, la razón de por qué “reveló” tal asunto en el debate, es que una persona o entidad le insinuó que era el dueña del papiro, y le insistió que revelara que era del siglo I en su debate con Ehrman.

Esto tiene sentido. Como afirman Moss y Baden en uno de sus artículos: por un lado se quería complacer al público cristiano conservador, de presentar un fragmento antiguo que se escribió en una época bien cercana a la de Jesús. De esa manera, se confirmaba su fe en la fiabilidad de los evangelios.  Por otro lado, si la familia Green estaba detrás de todo este drama, eso quería decir que esta era dueña del fragmento. Le hubieran dicho a Carrol, Wallace, McDowell y a Evans respectivamente que revelaran su existencia, que era del siglo primero, pero no más. Eso crearía un efecto viral que incrementaría el interés por el papiro y, con ello, su valor en el mercado.

Solo que hay un problema con este panorama, ℘¹³⁷ parece provenir del basurero de Oxirrinco. Esto significa dos cosas. En primer lugar, los Green no podían ser sus dueños y, en segundo lugar, que el manuscrito jamás estuvo a la venta y así lo dejó saber la Egyptian Exploration Society. No obstante ello, Scott Carroll insiste que  estuvo a la venta.

Toda la controversia ahora gira en torno al papirólogo en cuestión, uno de los editores del texto concerniente al fragmento, Dirk Obbink, de la Universidad de Oxford, uno de los papirólogos más reconocidos del mundo (ciertamente no es “el Pato Dónald” en el sentido sarcástico de Ehrman) y que trabaja para colectores de manuscritos, entre ellos … ¡ya saben! … la familia Green. Él era el que había inferido que el manuscrito era del primer siglo.  De hecho, según Scott Carroll, fue Obbink quien había puesto a ℘¹³⁷ a la venta. Además, declaró que los Green habían autorizado su venta en dos ocasiones. Para empeorar la situación, cabe preguntarse cuándo fue que Obbink cambió de parecer. Según la entrada de Wallace en su blog, donde se disculpó por su error, afirma que el papirólogo había cambiado de parecer antes de su debate con Ehrman (precisamente dos semanas antes). Si este es el caso, esto nos lleva a la siguiente pregunta, ¿y, entonces, por qué Evans continuó diseminando esta mala información en el 2015?

Brent Nogbri, en su blog Variant Readings, tiene unas posibles explicaciones de por qué Obbink había llegado a la conclusión preliminar de que el fragmento era del siglo I. La primera tiene que ver con el proceso de catalogación de los manuscritos, que preliminarmente se etiquetó del siglo I. De hecho, en una de las entradas afirma que se le proveyó la misma etiquetación que otro escrito (error humano). No obstante, Nogbri no puede concebir que un manuscrito como ℘¹³⁷ estuviera escondido en alguna caja en algún lugar por medio siglo hasta el 2011, ya que el descubrimiento de cualquier fragmento de códice en griego del primer siglo hubiera sido uno muy significativo, independientemente de si era del Evangelio de Marcos o no. Sin embargo, dado que ningún curador ni papirólogo que trabajaba con los Oxirrinco hizo comentario alguno en torno a algún fragmento del siglo I, y dado el hecho de que si se hubieran topado con el texto de Marcos hubieran concluido con toda probabilidad que es del siglo II o III, se presentan muchas más dudas:

But of course that brings us back to the recurring question: Why then did “some visitors to Oxford in 2011/12” come away from their meeting with Dirk Obbink thinking that they had seen a first-century copy of the Gospel According to Mark (to say nothing of their impression that the piece was for sale)? Again, I’m genuinely curious.

Estamos con él.
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El texto de ℘¹³⁷

Por razones de derechos de autor, no podemos reproducir aquí la fotografía del manuscrito. La buena noticia es que, si quieren acceder al texto y ver una imagen de este, pueden hacerlo y descargarlo aquí (imagen 5345).

Texto al frente

]μ̣ ̣ [ ] ̣

τ̣ω̣ν̣ [υ]π̣[οδημα

των αυτου εγ]ω εβαπτ̣ιϲα υμ̣α̣ϲ̣ υδ̣ [ατι

αυτοϲ δε βαπ]τ̣ιϲει ϋμ̣[α]ϲ̣ π̣̅ν̣̅ι̅ αγ̣[ιω και

εγενετο εν εκε]ιναιϲ ̣ ̣[ται]ϲ η̣μερ̣ [αιϲ

[Traducción:  … de sus sandalias.  Yo les bautizo con agua, pero él los bautizará en el Espíritu Santo. Y sucedió que en esos días … (Marcos 1:7-9)]
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Reverso

] ̣ ̣ εν] τ̣η θαλ̣α̣ [ϲϲη ηϲαν γαρ αλιειϲ

και ειπε]ν αυτοιϲ δευ̣τ̣ε̣ ο̣π̣[ιϲω μου και

ποιηϲω] ϋμαϲ γενεϲθαι αλι[̣ειϲ ανθρωπω(ν)

και ευθυ]ϲ̣ αϕεντε[ϲ] τ̣α δικ[τυα

[Traducción: … en el mar, porque eran pescadores. Y les dijo, “Vengan conmigo y yo les haré pescadores de hombres”. E inmediatamente, dejando sus redes … (Marcos 1:16-18)]
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Reflexión

Bart D. Ehrman

Fotografía de Bart D. Ehrman. Cortesía de Ehrman, CC-BY 4.0

Este es a todas luces un escándalo en ciernes en torno a un texto. Si algunos de los queridos lectores se siente que, después de haber leído todo esto, tienen lagunas en la narrativa, no se preocupen. Están muy bien acompañados por las mentes más prestigiosas de la erudición bíblica a nivel internacional. Todavía no sabemos bien cómo se llegó a alegar que un fragmento Oxirrinco era parte de una máscara egipcia, ni por qué los Green pensaban que podían vender el escrito en dos ocasiones.

Fui uno de los que vio en el 2012 el debate de Ehrman y Wallace por YouTube. El sentido del humor de Ehrman es muy peculiar. Sí sabía que Wallace era buen erudito y que E. J. Brill era de reputación. No entendía el escepticismo de Ehrman ante lo que decía Wallace, lo que consideré entonces una postura exagerada. También, comparar a un paleógrafo de renombre con el Pato Dónald, me pareció rayar en una falta de respeto a los pares. De hecho, hasta cierto punto me pareció hipócrita, ya que él mismo había firmado un acuerdo de confidencialidad para la National Geographic en lo que concierne al Evangelio de Judas. Sin embargo, ahora sí entiendo su posición y me han dejado perplejo todos estos acontecimientos.

Difícilmente este tema se quedará en el tintero, ya que hay muchas preguntas que rodean lo ocurrido. Los eruditos a nivel mundial han dejado sentirse en la red:

En el caso de Ehrman, él entiende bien por qué Wallace no podía decir nada cuando estaba bajo el acuerdo de confidencialidad. Sin embargo, lo verdaderamente misterioso es que, después de que venciera dicho acuerdo, no hable ahora.

Después de mantener el más absoluto silencio por un mes de publicado el fragmento, Evans le anunció a sus seguidores sobre este … cuando el escándalo estaba explotando.

Sin embargo, algunos eruditos que le siguieron, aprovecharon la oportunidad:

Intercambio entre Peter Gurry y Craig Evans en Twitter

Intercambio entre Peter Gurry y Craig Evans en Twitter

Fuera de lo que la prensa ha recogido de las declaraciones de Carroll, no ha querido expresarse más al respecto. Obbink ha rehusado aclarar el asunto.  La reputación de todos los involucrados ha sufrido un duro golpe, especialmente en el caso de Obbink y, de ahora en adelante, cualquier alegato de él o cualquier asociado a la familia Green, su colección o museo, debe tomarse con la máxima precaución y escepticismo, y pasar por un escrutinio riguroso. De ahora en adelante, ¡cuidado con firmar los acuerdos de confidencialidad de los Green!

Y hablando del sospechoso … ¿y los Green, los dueños de Hobby Lobby? Por lo pronto, quedaron retratados ante el público estadounidense por haberse apropiado ilegalmente de 5,500 artefactos traficados de Irak, razón por la que tuvieron que devolverlos. Sin embargo, no han dicho nada en cuanto al tema que nos concierne.

Actualización: Además de hacer unas correcciones cosméticas y añadir el intercambio entre Craig Evans y Peter Gurry en Twitter, añado un escándalo conocido de los Green (pero del que me olvidé por completo). Agradezco a mi amiga Eva Quiñones por recordármelo.