
Fragmento del Evangelio de Marcos (P.Oxy LXXXIII 5345 o P¹³⁷) datado al siglo II o III d.C. Reproducido por uso legítimo (fair use) con el propósito de discutirlo.
En una entrada en este blog, discutimos un misterio desatado en el mundo de la erudición bíblica en relación con un cierto fragmento del Evangelio de Marcos. Todo está discutido con más lujo de detalles en ese artículo, pero aquí haré un resumen. En primer lugar, se había dicho por parte de varios expertos, en particular Scott Carroll y Daniel Wallace, que había que revisar el número de manuscritos primitivos de los evangelios, ya que existía uno de Marcos, del primer siglo.

Máscara egipcia que supuestamente conservaba un fragmento del Evangelio de Marcos (Imagen usada bajo el concepto de uso legítimo (fair use). Cortesía de Craig Evans, Acadia Divinity College).
Aunque la revelación se hizo en el 2012, no se supo más del asunto hasta el año 2015, en el que supimos un poco más gracias a Craig A. Evans, un prestigioso estudioso del Nuevo Testamento y apologeta protestante quien ha debatido repetidamente con erudito, Bart D. Ehrman. En ese momento, Evans había declarado ante el público que existía un fragmento del Evangelio de Marcos del siglo I y que se encontraba en un cartonaje egipcio, una máscara fúnebre egipcia. Según él, se podía desmembrar este artefacto de la Antigüedad sin dañar el papiro en cuestión ni la tinta. Esto levantó la ira de un número importante de estudiosos, que veían en esto, la destrucción del pasado por intereses de la apología cristiana. Después, se reveló que el este pedazo de papiro no fue obtenido de tal manera.
No se supo más nada del asunto hasta que un estudiante de Nuevo Testamento, en su blog, expresó sus serias sospechas de que un fragmento del Evangelio de Marcos que se había publicado como un Papiro Oxirrinco era el famoso texto que supuestamente era del siglo I, pero aparecía datado para el siglo II o III. Como tal, fue clasificado: P. Oxy. 5345. Más adelante, fue también catalogado bajo el papiro ℘¹³⁷. Oxirrinco fue un lugar donde, en la Antigüedad Egipcia, sirvió de basurero y donde se encontraron varios papiros sumamente valiosos. Este fue descubierto en el siglo XIX por dos eminentes papirólogos, Bernard Pyne Grenfell y Arthur Surridge Hunt.
Eventualmente, Wallace confirmó la sospecha. Tal acontecimiento despertó una serie de interrogantes en torno a varios asuntos, nuestro conocimiento de los hechos ha sido muy poco. Todo lo que se ha sabido es que Dirk Obbink, un respetado papirólogo, había cometido el error de datarlo al siglo I. Sin embargo, persistían las preguntas. Los involucrados habían mantenido una política de total hermetismo … hasta el sábado pasado, cuando un microscópico rocío de luz entró por una rendija de una ventana del cuarto oscuro de lo acontecido para evaporarse tan pronto como cayó.
En una página de Veracity Hill en Facebook, se colocó un vídeo de una entrevista con Evans en torno a diversos temas. El anfitrión le dejó saber que iba a hacerle unas preguntas de parte del público, a lo que Evans gustosamente accedió (minuto 46). Una de ellas estaba relacionada al llamado “Fragmento del Primer Siglo del Evangelio de Marcos” (minuto 52).
La entrevista fue un poco más reveladora en cuanto a los hechos. Según Evans, ℘¹³⁷ estaba en una caja equivocada junto a un bonche de otros papiros oxirrincos. Nadie estaba seguro cuándo Grenfell y Hunt lo obtuvieron del basurero. En los años 1980, un papirólogo de la Universidad de Oxford, Revel A. Coles, miró el papiro, no lo reconoció y escribió en sus notas que era probablemente del siglo I o II. Décadas más tarde, Obbink, también papirólogo de Oxford, lo miró, creyó inicialmente que era del siglo I y se dio cuenta que era del Evangelio de Marcos. Más adelante, Obbink expresó sus dudas en relación con la datación hecha por Coles. Así fue cómo se dio la gran confusión.
Por otro lado, lo que enfurece de algunas de sus respuestas es que aclara muy poco, si acaso nada del asunto. Evans es un experto muy inteligente del Nuevo Testamento y ha tenido un rol protagónico en la traducción, transliteración e interpretación de manuscritos antiguos relacionados con el tema. Por otro lado, es también un apologeta, algo que, desde mi perspectiva, le cuesta su credibilidad a la hora de expresarse en público, especialmente, si se trata de uno creyente. Ustedes pueden ver por su cuenta aquí y aquí en sus debates con Ehrman, que cuando se le pregunta directamente sobre si un evento que relata la Biblia realmente ocurrió, él (¿a propósito?) cambia convenientemente el sentido de la pregunta para no darle una respuesta directa y sencilla.
Lo mismo hizo Evans en el caso de ℘¹³⁷. Al final de su explicación nos dice, que él no sabía por qué había tanto problema y molestia en relación con este asunto del fragmento. ¡Todo fue un malentendido! En Facebook, dejé saber mi parecer al respecto:
Me explico.
Sí, admito que los errores pueden ocurrir, que cualquiera puede meter un fragmento donde no es, clasificarlo en el siglo equivocado, entre otras cosas. Somos seres humanos y hasta al más brillante papirólogo se le “escapa una liebre”. Si ese fue el caso, un abrazo fraternal es lo que procedemos a hacer, además de besitos en el cutis y seguimos todos en nuestro camino, moviéndonos a discutir cosas más importantes. Sin embargo, Evans está lejísimos de haber explicado otros asuntos altamente controversiales (favor de consultar con mi artículo previo sobre el tema para cualquier aclaración):
- Alguien intentó vender el manuscrito ilegalmente:
- Scott Carroll insiste que el manuscrito estuvo a la venta dos veces.
. - Carroll señalaba a familia Green (del Museo de la Biblia) como la que había puesto el manuscrito a la venta.
. - La persona que le había dicho a otros eruditos que el fragmento estaba a la venta era Dirk Obbink.
. - El acto de Wallace, de revelar en medio de un debate la existencia de este fragmento, además de ser una movida injusta contra Ehrman, iba a generar un interés por el papiro en el que ganaría valor comercial … casi como si alguien usara a Wallace para subir el precio de un producto para la venta.
. - La Egyptian Exploration Society (EES) dejó meridianamente claro que el fragmento jamás estuvo a la venta y que nunca abandonó las inmediaciones de la Universidad de Oxford.
. - Pregunta: ¿Es cierto lo que dice Carroll de que el fragmento estuvo a la venta por los Green y que Obbink fue el que promovio la venta? Si es así, ¿de dónde sale que los Green se veían con el poder de vender un papiro que no era de ellos?
.
- Scott Carroll insiste que el manuscrito estuvo a la venta dos veces.
- Wallace afirma en su blog que Obbink había cambiado de parecer dos semanas antes del debate que él tuvo con Ehrman. ¿Por qué no le dijo la información a Wallace a tiempo para que no utilizara la falsa información en el debate?
. - No obstante el hecho de que el cambio de parecer de Obbink tomó lugar en el 2012, por alguna razón, en el 2015, Evans fue mal informado y divulgó (con permiso y estímulo de alguien) que el fragmento del siglo I existía y que la fecha fue confirmada mediante carbono-14. ¿De dónde vino esta mala información?
. - Para colmo, Evans fue mucho más allá que Wallace al decir que el fragmento provino de la desintegración de un cartonaje egipcio. Luego, se reconoció que ese no era el caso. ¿De dónde vino este equívoco? ¿Por qué Obbink tampoco advirtió de este error a Evans tres años después de su cambio de parecer? ¿Fue esto también resultado de la intervención de la familia Green?
Sobre este último asunto, el siguiente intercambio es todo lo que sabemos:

Intercambio entre Peter Gurry y Craig Evans en Twitter.
No hay lugar a dudas de que este manuscrito del Evangelio de Marcos es importante, sea del siglo I, II o III. Pero, esto va muchísimo más allá de un mero error al fechar el fragmento o de ponerlo en una caja equivocada. Los sucesos relacionados nos dan a entender que el problema es muy profundo y que hay elementos siniestros de lo ocurrido.
En mi opinión, no puedo creer que Evans, con lo inteligente que es, realmente se crea que el público o los demás biblistas se chupan el dedo. Él sabe que está ocultando información muy importante y que está engañando al público cuando dice que esto es meramente pajitas que le caen a la leche y que “no entiende” cuál es el problema, especialmente, cuando sabe muy bien que Wallace y él fueron los que trajeron esta información al público con el propósito de impresionar a los creyentes cristianos y ganar puntos a expensas de los no creyentes, mientras que alguien pensaba hacerse rico con el fragmento. Eso es un abuso espiritual de la fe de su público y de la confianza de varios eruditos. No creo que él haya sido la cabecilla de este engaño o que sea capaz de idear una cosa así, pero su deber es decirnos a todos qué fue lo que pasó.
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