¿Cáncer por usar Airpods?

Una vez más, la prensa ha alarmado al público ante unas noticias que insuflan el ánimo a la tecnofobia. Por ejemplo, Primera Hora publicó la noticia bajo el título, “Advierten que los Airpods pueden causar cáncer“. Según la noticia:

Unos 250 científicos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y las Naciones Unidas (ONU) emitieron un llamado internacional en el que advierten de los riesgos de cáncer que pueden ocasionar dispositivos eléctricos e inalámbricos tan famosos como los Airpods y hasta los monitores para mantener vigilados a distancia a los bebés.

Solo que hay un problema con esta noticia, los autores no eran de la OMS, sino que dirigieron una carta a esa organización internacional.

Logo de EMFScientist
Logo de EMFScientist

El documento en cuestión es de científicos que pertenecen a un organismo llamado International EMF Scientists, que incluye a varios que han publicado en revistas académicas en torno al perjuicio de los campos electromagnéticos no ionizantes sobre el cuerpo humano. La carta se ha publicado en varios idiomas, incluyendo el español. De hecho, no es la primera vez que se publica y ha pasado por varias versiones a través de los años: la versión más reciente es del 1 de enero de 2019, mientras que la que está en español parece ser del 2016. Analicemos los fragmentos más importantes para poner en perspectiva la sustancia de su mensaje:

Basándonos en las investigaciones revisadas y publicadas en revistas científicas, tenemos una seria preocupación con respecto a la ubicua y creciente exposición a los campos electromagnéticos generados por dispositivos eléctricos e inalámbricos. Estos incluyen -pero no se limitan-a los dispositivos emisores de radiación de radiofrecuencia (RFR), como los teléfonos móviles e inalámbricos y sus estaciones base, Wi-Fi, antenas emisoras, los contadores inteligentes y los monitores para bebés, así como los dispositivos eléctricos e infraestructuras utilizadas para el suministro de electricidad que generan campos electromagnéticos de muy baja frecuencia (ELF EMF).

Ya, de por sí, esto suena bien alarmante. Continuemos:

La OMS adoptó la clasificación de la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC) para los campos electromagnéticos de baja frecuencia (CEM: ELF) en 2002 y para la radiación de radiofrecuencia (RFR) en 2011. Esta clasificación establece que los campos electromagnéticos (EMF) son un posible carcinógeno humano (grupo 2B). A pesar de ambas conclusiones de la IARC, la OMS sigue manteniendo que no hay pruebas suficientes para justificar la reducción de estos límites cuantitativos de exposición

De hecho, esta aserción es correcta. La IARC tiene las siguientes clasificaciones:

  • Categoría 1: Hay plena seguridad de vinculación con cáncer.
  • Categoría 2A: Es más probable que la sustancia o la actividad esté vinculada al cáncer, aunque no se puede establecer con seguridad.
  • Categoría 2B: Es posible, aunque no con alta probabilidad, que la sustancia o la actividad esté vinculada al cáncer.
  • Categoría 3: No hay evidencia alguna de vinculación con cáncer.

La IARC catalogó los campos electromagnéticos no ionizantes como 2B. Sin embargo, al igual que en otros asuntos, la OMS difiere marcadamente de su rama diciendo lo siguiente:

En los dos últimos decenios se ha realizado un gran número de estudios para determinar si los teléfonos móviles pueden plantear riesgos para la salud. Hasta la fecha no se ha confirmado que el uso del teléfono móvil tenga efectos perjudiciales para la salud…

En varios estudios se han investigado los efectos de los campos de radiofrecuencia en la actividad eléctrica cerebral, la función cognitiva, el sueño, el ritmo cardíaco y la presión arterial en voluntarios. Hasta la fecha, esos estudios parecen indicar que no hay pruebas fehacientes de que la exposición a campos de radiofrecuencia de nivel inferior a los que provocan el calentamiento de los tejidos tenga efectos perjudiciales para la salud.

https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/electromagnetic-fields-and-public-health-mobile-phones

Por hoy, esto representa el consenso de la comunidad científica a nivel internacional.

Continuemos leyendo la carta:

Puesto que existe una controversia sobre el fundamento para el establecimiento de normas para evitar efectos adversos sobre la salud, se recomienda que el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) convoque y financie un comité multidisciplinar independiente para explorar los pros y los contras de las alternativas a las prácticas actuales que podrían reducir sustancialmente la exposición humana a los campos de RF y ELF. Las deliberaciones de este grupo deben llevarse a cabo de una manera transparente e imparcial. Aunque es esencial que la industria participe y coopere en este proceso, no se debe permitir que pueda sesgar sus procedimientos o conclusiones. Este grupo debe transmitir su análisis a la ONU y la OMS para dirigir una actuación preventiva.

1. los niños y las mujeres embarazadas deben ser protegidos;

2. las directrices y normas reguladoras deben endurecerse;

3. debe instarse a los fabricantes para que desarrollen una tecnología más segura;

4. los servicios públicos responsables de la generación, transmisión, distribución y supervisión de la electricidad deben mantener una adecuada calidad de la energía y asegurar el cableado eléctrico adecuado para minimizarla dañina corriente de tierra;

5. el público debe estar bien informado acerca de los posibles riesgos para la salud de la energía electromagnética e instruído sobre las estrategias de reducción de daños;

6. los profesionales de la salud deben ser educados acerca de los efectos biológicos de la energía electromagnética y se les debe proporcionar la formación necesaria para el tratamiento de los pacientes con sensibilidad electromagnética;

7. los gobiernos deben proporcionar formación y asignar fondos para la investigación sobre los campos electromagnéticos y la salud, que debe ser independiente de la industria y deben instar a la industria a cooperar con los investigadores;

8. los medios deben dan a conocer las relaciones financieras de los expertos con la industria al citar sus opiniones con respecto a los aspectos de salud y seguridad de las tecnologías que producen CEM; y

9. deben establecerse zonas blancas (áreas libres de radiación).

¿Qué hacer de estas declaraciones?

Los experimentos en cuestión

Una iPhone con Airpods
Una iPhone con Airpods. Imagen cortesía de Christo Anestev.

Lo interesante de la cuestión es que la carta habla de experimentos, pero no especifica cuáles. Sin embargo, una de las peticiones (la número 6) habla de “pacientes con sensibilidad electromagnética”. Esto es un problema significativo, debido a que no hay evidencia alguna de que existan síntomas de “sensibilidad electromagnética”. Varios experimentos ciegos y aleatorizados y revisiones científicas sugieren que las personas que se autodiagnostican como “hipersensibles al electromagnetismo” realmente experimentan el efecto nocebo, es decir que, ante la sugerencia de estas emisiones electromagnéticas (sean reales o no), las personas se sentían peor, mientras que se sentían mejor si no se les sugería esa presencia (fuera verdad o no) (Regel et al., 2006;Röösli & Hug, 2011; Rubin, Hahn, Everitt, Cleare, & Wessel, 2006; Rubin, Hillert, Nieto-Hernandez, van Rongen & Oftedal, 2011).

Lo otro que debemos preguntarnos es en torno a la disponibilidad de aparatos como móviles, computadoras, laptops y “routers” que están disponibles actualmente en comparación con otras épocas. Hoy interactuamos más con radiación electromagnética no ionizante que en cualquier otra época de la historia de la humanidad. Si los problemas de este tipo de radiación son como indican los autores de la carta, deberíamos tener una tasa de cáncer sin precedentes. Sin embargo, de acuerdo con el estudio más reciente de las estadísticas de cáncer en los Estados Unidos, ese no parece ser el caso.​ (Siegel, Miller & Jamal, 2019).

Incidencias de cáncer y mortandad por cáncer
Incidencias de cáncer y mortandad por cáncer (Siegel, Miller, & Jemal, 2019, p. 13).

A partir de estos datos, se vuelve inverosímil el alegato de que la exposición a la radiación no ionizante represente algún problema de salud, especialmente de cáncer. De hecho, debido a que la radiación no ionizante, que por definición no es ionizante, no se supone que tenga suficiente energía como para ser genotóxico o cancerígeno. Todo lo que puede hacer en altas dosis es elevar la temperatura del cuerpo que esté cerca, pero no debería hacer nada más allá de eso.

Por ahora, lo que estamos pensando (al menos en el caso de la carta más reciente) es que EMF Scientists está aprovechando la ocasión de que, recientemente, el National Toxicology Program (NTF), una rama de la National Institutes of Health (NIH), dio a conocer finalmente dos experimentos en torno a las radiaciones electromagnéticas no ionizantes, unos con ratas Sprague-Dawley® y otro con ratones B6C3F1/N.

Rata Sprague Dawley albina
Una rata Sprague-Dawley® albina. Foto cortesía de la National Toxicological Program, de la National Institutes of Health.
  • Experimento con Ratas Sprague-Dawley®: De este experimento habíamos hablado antes. Estas ratas se expusieron a una radiación de 900 MHz desde el útero, durante su proceso de crecimiento, por un periodo de dos años. Esta exposición duró un promedio de nueve horas y 10 minutos al día. En el año 2016, se publicó un informe parcial en torno a este experimento (Wyde et al, 2016). En aquel momento, llamamos la atención al hecho de que las incidencias de cáncer en estas ratas en relación con el grupo control, por un periodo de dos años, se explicaba por el hecho de que las ratas experimentales (es decir, las que recibieron las dosis de radiación) vivieron mucho más tiempo que las ratas control. Esto es reconocido por el National Toxicology Program en su Fact Sheet (p. 3). Si ese es el caso, entonces esto no es evidencia fuerte a favor de un vínculo entre la radiación electromagnética de los móviles y las incidencias de cáncer en estas ratas. Como indicamos en el otro artículo, las Sprague-Dawley® albinas son extremadamente propensas a tumores, que se desarrollan cada vez más a medida que pasa el tiempo. Además, las incidencias de tumores suceden más en el caso de los machos que de las hembras (Mac Kenzie & Garner, 1973; Prejean et al., 1973; Suzuki, Mohr & Kimmerle, 1979).
  • Experimento con los ratones B6C3F1/N: A estos ratones se les expuso a una radiación electromagnética no iónica de 1,900 MHz desde el útero hasta dos años. La razón del uso de ratones B6C3F1/N, es que los modelos basados en experimentos parecen ser fiables, aunque persisten dudas todavía en torno a incidencias de tumores que pueden ser endémicas en ellas (King-Herbert & Thayer, 2006). ¿Qué encontraron? Según el resumen provisto por la NIH, se nos dice:

High exposure to radiofrequency radiation (RFR) in rodents resulted in tumors in tissues surrounding nerves in the hearts of male rats, but not female rats or any mice, according to draft studies from the National Toxicology Program (NTP) (mis negrillas).

https://www.nih.gov/news-events/news-releases/high-exposure-radiofrequency-radiation-linked-tumor-activity-male-rats

Considerando que en los ratones no hubo evidencia clara relacionada con radiaciones electromagnéticas ni en las ratas hembras, solo nos quedan las ratas macho, de las que se nos dice hubo “evidencia clara” de tumores de corazón y “alguna evidencia” de un tipo de tumor cerebral. Sobre esto, de acuerdo con el NTP, algunas tuvieron un tipo de tumor que alguna literatura científica ha querido vincular a la radiación elegromagnética. ¿Y dónde está la fuente que enlaza este tipo de cáncer de cerebro con la radiación de los móviles? ¡De la IARC! (Ver Fact Sheet, pp. 2, 4; IARC, 2013). Enfatizamos lo que hemos indicado múltiples veces en este blog en cuanto a las interrogantes que se han formulado en estas últimas décadas en torno a la fiabilidad del juicio de clasificación de la IARC de peligrosidad (hazard).

Como bien admite el NTP, muchos de los resultados son equívocos, algo que requerirá mayor investigación al respecto. Basta indicar que hay varios elementos que mucha gente no tiene en cuenta en relación con estos experimentos y que el NTP nos recuerda:

  • Estos resultados experimentales valen solamente en relación con tecnologías de móviles 2G y 3G, que eran las populares en el momento en que se comenzó el experimento. ¿Que significa esto? Que estos resultados no valen para tecnologías Wi-Fi, 4G o 5G (Fact Sheet p. 3).
  • Estos experimentos expusieron a las ratas y a los ratones a dosis de radiación muy por encima de la dosis que reciben los seres humanos de sus móviles (Fact Sheet p. 2).
  • Estos experimentos expusieron a las ratas a nivel corporal (y desde la etapa fetal), no en lugares específicos tales como la cabeza o la cintura, como es usual en los seres humanos (Fact Sheet p. 2).

Ahora bien, en cuanto a los seres humanos, hoy tenemos más móviles que en cualquier otra época de la humanidad. ¿Ha habido un incremento en cáncer cerebral a través de los años? No. Al contrario, las incidencias son extremadamente bajas y disminuyendo (el porcentaje de las incidencias en 1992 era de 6.6%, en el 2015 era de 6.2%).

Estimados de nuevos casos de tumores cerebral o nervioso
Estimados de nuevos casos de tumores cerebral o nervioso. Imagen cortesía de la National Institutes of Health.

En cuanto a las incidencias de cánceres de corazón, son extremadamente raras, aun en una época como la nuestra. El tipo de tumor que se encontró en las ratas como “evidencia clara” de vínculo con la radiación electromagnética no ionizante, fue de neurilemoma (schwannoma). Sin embargo, en los seres humanos, usualmente el tipo de cáncer que se da en el corazón son de sarcoma, es decir, un tipo de tumor que se forma en el tejido del corazón.

En resumen, la evidencia de que la radiación no ionizante 2G o 3G afecte al ser humano es extremadamente débil, especialmente cuando se tiene en consideración la evidencia disponible y que nuestra interacción continua con esta es muy frecuente. Muy a pesar de la IARC, la evidencia acumulada de radiaciones no ionizantes nos da a entender que no hay evidencia de que esta sea genotóxica o cancerígena.

Si este es el caso, es totalmente innecesaria la creación de “zonas blancas” libres de radiaciones, especialmente cuando estamos rodeados constantemente de radiación ionizante, es decir, la que sí es genotóxica, tan solo por salir, tomar el sol, respirar o ingerir ciertos alimentos.

Por ende, tampoco hay razón alguna para pensar que los Airpods y equivalentes generen cáncer en animales o seres humanos.

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Muchas gracias.

Referencias

International Agency for Research on Cancer [IARC]. (2013). Non-ionizing radiation, part 2: radiofrequency electromagnetic fields. IARC Monographs on the Evaluation of Carcinogenic Risks to Humans, 102. https://monographs.iarc.fr/wp-content/uploads/2018/06/mono102.pdf.

King-Herbert, A. & Thayer, K. (2006). NTP workshop: animal models for the NTP rodent cancer bioassay: stocks and strains – Should we switch? Toxicologic Pathology, 34(6). 802–805. doi: 10.1080/2F01926230600935938.

Mac Kenzie, W. F. & Garner, F. M. (mayo de 1973). Journal of the National Cancer Institute, 50(5), 1243–1257. doi: 10.1093/jnci/50.5.1243.

Prejean, J. D., Peckham, J. C., Casey, A. E., Griswold, D. P., Weisburger, E. K., & Weisburger, J. H. (noviembre de 1973). Spontaneous tumors in Sprague-Dawley rats and Swiss mice. Cancer Research, 33(11), 2768-2773.

Regel, S. J., Negovetic, S., Röösli, M., Berdiñas, V., Schuderer, J., Huss, A., Lott, U., Kuster, N., & Achermann, P. (1 de agosto de 2006). UMTS base station-like exposure, well-being, and cognitive performance. Environmental Health Perspectives, 114(8), 1270-1275. doi: 10.1289/ehp.8934.

Röösli, M. & Hug, K. (mayo de 2011). Wireless communication fields and non-specific symptoms of ill health: a literature review. Wiener Medizinische Wochenschrift, 161(9-10), 240-50. doi: 10.1007/s10354-011-0883-9.

Rubin, G. J., Hahn, G., Everitt, B. S., Cleare, A. J., & Wessel, S. (9 de febrero de 2006). Are some people sensitive to mobile phone signals? Within participants double blind randomised provocation study. BMJ, 332, 886. doi: 10.1136/bmj.38765.519850.55.

Rubin, G. J., Hillert, L., Nieto‐Hernandez, R., van Rongen, E., & Oftedal, G. (diciembre de 2011). Do people with idiopathic environmental intolerance attributed to electromagnetic fields display physiological effects when exposed to electromagnetic fields? A systematic review of provocation studies. Bio Electro Magnetics, 32(8), 593-609. doi: 10.1002/bem.20690.

Siegel, R. L., Miller, K. D., & Jemal, A. (4 de enero de 2019). Cancer statistics, 2018. CA. Cancer Journal for Clinicians, 68(1), 7–30. doi: 10.3322/caac.21442.

Suzuki, H., Mohr, U. & Kimmerle, G. (octubre de 1979). Spontaneous endocrine tumors in Sprague-Dawley rats. Journal of Cancer Research and Clinical Oncology, 95(2), 187-196. doi: 10.1007/BF00401012.

Wyde, M., Cesta, M., Blystone, C., Elmore, S., Foster, P., Hooth, M., Kissling, G., … Bucher, J. (23 de junio de 2016). Report of Partial findings from the National Toxicology Program Carcinogenesis Studies of Cell Phone Radiofrequency Radiation in Hsd: Sprague Dawley® SD rats (Whole Body Exposure). bioRXiv. doi: 10.1101/055699.

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