La homeopatía y la revisión sistemática Cochrane más reciente

Natural Cures de Kevin Trudeau

Natural Cures “They” Don’t Want You to Know about de Kevin Trudeau

Me acuerdo la primera vez que entré en un supermercado orgánico bien conocido en el área de Hato Rey. En aquel momento, hace años, recuerdo haber comprado un libro de Kevin Trudeau, Natural Cures “They” Don’t Want You to Know About. En aquel momento me encontraba más sumido en una ideología anticorporativa que consideraba a toda la industria médica comprometida por el afán de lucro. Obviamente, me dije, los remedios naturales son la alternativa que socava el mal corporativo que aqueja a muchos pacientes en Puerto Rico y Estados Unidos.

Compré el libro porque reconocí a Trudeau. A altas horas de la noche, por cable pasaban los teleanuncios de Trudeau vendiendo varios de sus productos. Sin embargo, me rascaba la cabeza leyendo el texto en torno a lo que “ellos” no quieren que sepas. En aquel entonces no sabía casi nada de nutrición o dieta. Allí sugería él desacerse del microondas. ¿Por qué? Por la radiación. Podría afectar la salud. ¡Interesante!

Sin embargo, parte de mí se quedó escéptica ante lo que leía. Aun cuando aceptara que los microondas son radiactivos, otra parte de mí parecía recordar mis clases de física de escuela superior. Esos microondas no eran ionizantes. Esto significa que no tienen la suficiente fuerza para ionizar los átomos del ADN y, por ende, la probabilidad de que pudieran inducir cáncer era escasa. No sabía si tomar a Trudeau en serio. Vendía productos por televisión alegando persecución de la FDA y de la FCC porque estas eran aliadas de las grandes empresas, algo que yo creía ciegamente en ese momento. Hoy día confieso que sí hay un grado de influencia corporativa en ambas agencias, pero muchas de ellas intentan cumplir lo mejor que pueden su labor reguladora. Irónicamente, esta autoridad de regulación ha sido socavada precisamente por la industria de los suplementos, productos que aparecen de manera prominente en lugares donde se venden “remedios naturales”. Mis sospechas eran fundadas. Trudeau terminó en la cárcel por defraudar al público y así mismo lo confesó.

Mientras más indagaba en el mundo “natural”, más escéptico me volvía al respecto. Sin embargo, de una u otra forma seguía creyendo en él. A fin de cuentas, la sociedad médica corporativa no quería saber nada de ello. Pues favorecer los productos naturales es de alguna manera ser anticorporativo. Mientras conversaba con una señora mayor que solía visitar el supermercado orgánico al que prefería ir, ella me comenzó a hablar de los productos homeopáticos y cuánto ella se beneficiaba personalmente con ellos. “Homeopatía”. ¡Sonaba fascinante! No tenía razón alguna para dudar de su testimonio. Así que empecé a estudiar el tema.

Otra vez sentía que algo no estaba bien en todo esto…. Los remedios homeopáticos no eran otra cosa que agua, azúcar y otras cosas más. El resto no tuvo sentido alguno. Hoy todavía me acuerdo de mi primera reacción cuando supe lo que eran los remedios homeopáticos: “¡Esto es m****a!”

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La historia de la homeopatía

La homeopatía tuvo su origen con un médico alemán llamado Samuel Hahnemann (1755-1843). Este es tal vez uno de los personajes del pasado peor juzgados por parte de ciertos opositores de la homeopatía. Para eso, tenemos que comprender el contexto médico de su época.

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La peligrosa medicina

¿Qué podemos decir de la medicina occidental de ese entonces? Era literalmente una cuestión de vida o muerte … y más muerte que de vida. Literalmente se recurría al médico cuando no quedaba más remedio. Esta no era la medicina que hoy conocemos, sino que era una que mantenía muchas prácticas que se sostenían desde la Antigüedad (e.g. Hipócrates, Galeno, Avicena). Algunas de ellas llevaban a pacientes a empeorar su condición de salud. Por ejemplo, en algunos lugares a las heridas se les trataba con mercurio, en otros momentos históricos se utilizaba para tratar la sífilis. Hoy día la comunidad médica sabe que es una toxina potente para el ser humano.

Otra práctica para-pelos que hacían los médicos era la sangría … no me refiero a la bebida … Esta se basaba en la teoría de Galeno de los temperamentos o los humores; este era un modelo de la salud al que se suscribían muchos médicos del siglo XVIII y XIX. De acuerdo con Galeno, se identificaban a cuatro temperamentos que correspondían al exceso o defecto de fluidos:

  • Sanguíneo (humor: sangre)
  • Colérico (humor: bilis amarilla)
  • Melancólico (humor: bilis negra)
  • Flemático (humor: flema)

De hecho, cada uno de estos temperamentos corresponde a una estación del año: primavera, verano, otoño e invierno respectivamente. A pesar de que un mínimo de conocimiento de biología y anatomía de grado intermedio o superior es suficiente para darse cuenta de que la teoría de los humores es falsa, eso no detiene a algunas personas (e.g. un ingeniero químico) de suscribir esta refutadísima perspectiva.

Sangría

A la izquierda, representación de la administración de una sangría en una vasija (Imagen cortesía del Museo del Louvre). A la derecha, una foto de una sangría en 1860 (Imagen cortesía de The Burns Archive).

La sangría era administrada por un médico como un remedio para síntomas tales como la fiebre. Se interpretaba la fiebre como una actividad excesiva de la sangre, por la que había que hacer una incisión en una vena para que sangrara y así dejar que se “equilibrara” la sangre. Hoy día se sabe que esto no remedia absolutamente nada.

Charles J. Guiteau

Charles J. Guiteau (1844-1882)

Hubo prácticas que le costaron la vida a personas en alto mando y prestigio. El Pres. James Garfield fue víctima de un individuo llamado Charles J. Guiteau, quien le disparó dos veces. No fueron heridas graves —al menos desde los estándares médicos actuales—. Pero en julio de 1881, las manos de los médicos de la época literalmente aseguraron su muerte. En primer lugar, intentaron penetrar las heridas sin lavarse las manos, lo que causó una serie de infecciones. Luego intentaron alimentarle vía el recto (en vez de por la boca) lo que le llevó a perder peso. Ambos factores jugaron un rol en su eventual muerte. Guiteau fue arrestado y acusado de asesinar al presidente. Como defensa, él repetía (correctamente): “¡Los médicos lo mataron; yo solamente le disparé!” (Pinker cap. 2)

Podríamos citar a otras personas reconocidas:

Benjamin Franklin: “All drug doctors are quacks.”

Voltaire: “Los médicos son hombres que prescriben medicinas de las que conocen muy poco, para curar enfermedades de las que conocen todavía menos, en seres humanos de los que no saben nada”

Molière (Le Malade imaginaire):  “Casi todos los hombres mueren de sus remedios y no de sus enfermedades” (Singh y Ernst cap. 3).

Las enfermedades iatrogénicas fueron la orden del día por milenios. No fue hasta que llegó la medicina experimental cuando finalmente empezó a mejorar la calidad de la medicina hasta el punto de que hoy día salva más vidas que antaño y ha logrado aumentar significativamente la esperanza de vida.

Espanta un poco el que haya gente que quiera “volver a los good ol’ days cuando —dicen ellos— se vivía más saludable que hoy”. ¿Cuál época era esa? No sabemos. Sí, confesamos que la obesidad es un problema presente con el que debemos lidiar, pero eso no significa exactamente que en siglos anteriores la población se mantenía “en forma” comiendo bien y haciendo ejercicio en un gimnasio. Antes la gente moría muchísimo más … o de hambre … o del médico. No dejo de recomendar la lectura de Manuel Zeno Gandía, especialmente Garduña, La charca El negocio: crónicas de un mundo enfermo. 

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¿Qué hizo Hanemann?

Samuel Hahnemann

Samuel Hahnemann

Ante una medicina que se intuía era un desastre, varias personas trataban de buscar alternativas para reducir estas fatalidades. Él mismo dijo en una ocasión:

My sense of duty would not easily allow me to treat the unknown pathological state of my suffering brethren with these unknown medicines. The thought of becoming in this way a murderer or malefactor towards the life of my fellow human beings was most terrible to me, so terrible and disturbing that I wholly gave up my practice in the first years of my married life and occupied myself solely with chemistry and writing (Haehl, vol. I 64).

En el mundo de los remedios naturales, esta aserción se ha sacado de su contexto histórico para condenar la medicina actual sin tener en cuenta las condiciones de la época. Todo el desastre médico que llevaba a los pacientes a la muerte le hizo reflexionar, por lo que abandonó la medicina en 1784. La razón por qué incluyo esto es porque estamos ante un hombre muy decente, inteligente e íntegro; no era un charlatán de feria (Singh y Ernst cap. 3). Hanemann estaba movido genuinamente por su compasión hacia los pacientes en general por algo que era totalmente cierto: que en la mayoría de las veces, la intervención de los médicos era el sello de muerte del paciente. El problema de Hanemann no era su honestidad sino un problema que también afectaba a los médicos: no ponían a prueba adecuadamente su “conocimiento” médico experimentalmente.

Cuando estaba traduciendo un texto, se encontró con una información que indicaba que la cinchona era efectiva para tratar la malaria. Él se trató a si mismo estando sano con cinchona produciendo lo que para él eran síntomas semejantes a la malaria (a esto se le conoce como “proving“). Al fijarse en esto infirió el principio por el que es más conocido: “Similia Similibus Curentur” (“lo semejante cura a lo semejante”). La Ley de la Semejanza se convirtió en el lema cardinal de lo que se conocería  (en 1807) como “homeopatía”.

Sin los debidos controles, Hanemann comenzó a experimentar con sus pacientes varias toxinas como remedios. Debido a que veía los efectos adversos, intentó diluirlos en agua hasta que se volvieran inocuos. Así, según él, podía darles de manera segura un remedio cuya toxicidad estaba diluida en agua, pero en el que, de alguna forma, persistían los atributos curativos. Así se forjó la base de la homeopatía que conocemos hoy día.

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¿Qué es la homeopatía?

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La homeopatía es la práctica de preparación de remedios de acuerdo a unas especificaciones de dilución de sustancias. Estas se preparan y se recetan de acuerdo a la Ley de Semejanza. Si usted tiene alergia, se le dará un remedio de una sustancia diluida para remediarlo. A lo mejor la sustancia consistirá en algo que puede crear unos síntomas semejantes a la alergia en cuestión. “Lo semejante cura a lo semejante”. Estos datos se obtienen mediante “proving“: se le da una sustancia a una persona sana para ver los síntomas. Así se puede forjar un catálogo para remediar enfermedades con síntomas semejantes.

Además de que este principio es considerado falso en la comunidad científica, lo asombroso para esta es cuan diluidas deben estar las sustancias.

  • Se coloca una gota de una sustancia en un recipiente que contenga 9 gotas de agua o alcohol (utilizaremos el agua en este caso por razones pedagógicas).

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  • Se le da una “sucusión”: se sacude el recipiente con la sustancia diez veces horizontalmente, diez veces hacia alante y hacia atrás y otras diez hacia los lados. Otros homeópatas utilizan una máquina para la sucusión o dejan caer el recipiente en una superficie varias veces. Supuestamente esto hace que los atributos curativos de la sustancia pasen al agua.

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  • Esta solución a su vez se diluye de nuevo de la misma manera que la vez anterior y se le somete a sucusión, y así sucesivamente.

Esta dilución (la “atenuación”) continúa hasta que haya de la sustancia una de 10²⁰ partes de agua, esto significa en notación homeopática que es un medicamento con una concentración de 20X. Otros tienen una concentración de 30X. lo significa que la sustancia ha sido diluida en una por 10³⁰ partes de agua (por cierto “10³⁰” significa un uno con treinta ceros después: 1 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000, mientras mayor el número del exponente de diez, mayor es el número de ceros que le sigue). Según los homeópatas, mientras más diluida esté la sustancia, mayor será su poder curativo. Algunos medicamentos pueden ir hasta 10¹⁵⁰⁰.

En ocasiones van más allá, diluyen por un factor de 100. Cuando vean 30C, lo que significa es que se diluyó 100³⁰, o 10⁶⁰: en otras palabras, ha sido diluida la sustancia a una de  1 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 partes.

La noción de que esta agua sea curativa ante una dilución tan exagerada choca de frente con todo lo que sabemos en torno a las propiedades del agua, los medicamentos y las enfermedades.

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Repasando lo que nos enseñaron en la escuela: un mol

Si usted ha pasado por ciencia de escuela intermedia o superior, en algún momento se habrá topado con la noción de “mol”. Repasemos qué es eso.

Amadeo Avogadro

Lorenzo Romano Amedeo Carlo Avogadro

Nos remitimos a un gran científico llamado Lorenzo Romano Amedeo Carlo Avogadro (1776 -1856) quien fue uno de los que ayudó a sofisticar la teoría atómica propuesta inicialmente por John Dalton. Gracias a los estudios de Joseph Louis Gay Lussac en cuanto a la manera que se combinan químicamente los gases, pudo conocer la proporción con las que sus moléculas se combinan.

Si usted tuviera un kilogramo de oxígeno gaseoso y tuviera otro de hidrógeno gaseoso, y ambas unidades están a igual temperatura, densidad y volumen, entonces —nos dice Avogadro— contendrán la misma cantidad de moléculas. A esta tesis se le conoce como la Ley de Avogadro.  Partiendo de este supuesto, que experimentalmente parecía bastante fiable, provino el concepto de mol. El mol es una unidad de medida de la cantidad de entidades constituyentes de un sistema (moléculas, fotones, electrones, etc.) en relación con la cantidad que entidades constituyentes que tiene 0.012 kg (o 12 g) de carbono-12. Un mol de carbono-12 tiene exactamente 12 gramos. ¿Cuántas moléculas contiene esta sustancia? La respuesta de Avogadro fue 6.023 × 10²³. Es decir en un mol hay, 602 300 000 000 000 000 000 000 moléculas. A este número se le conoce como la constante de Avogadro. Hoy día, el mol se utiliza como un estándar del sistema internacional (SI) para medir la cantidad de constituyentes que tiene una sustancia. Dependiendo de la sustancia, el número de gramos de un mol de cada sustancia varía. Un mol de hidrógeno, 0.002 kg. Un mol de helio, 0.004 kg., y así sucesivamente. Cada mol tiene la misma cantidad de moléculas.

Esto nos lleva al problema crucial que tiene la homeopatía. Digamos que para efectos del argumento quiero diluir ácido acético en agua hasta 30X, es decir, en una de 10³⁰ partes.  Este número rebasa por mucho el límite establecido por la constante de Avogadro. Es decir, la probabilidad es alta de que no haya una sola molécula de la sustancia original en el agua. Para todos los efectos prácticos, un remedio homeopático no pasa de ser …. agua. Si tiene forma de píldoras, usualmente se le administra el agua homeopática en azúcar. Así que el remedio homeopático no pasará de ser el azúcar más caro del mercado.

Para darles una idea de lo absurdo de la dilución:

  • Una dilución de 6C es equivalente a la de diluir una gota de la sustancia en un agua con un área de 20 piscinas aproximadamente (BBC).
  • Una dilución de 12C es equivalente a la de diluir una gota de la sustancia en agua con un área aproximada del Océano Atlántico (BBC).
  • Sin embargo, la dilución de 30C es equivalente a la diluir una gota en un agua con un área aproximada del diámetro entre la Tierra y el Sol.
  • Una dilución de 750C  (o 1500X) sería equivalente a la de tomar una gota de una sustancia y diluirla en un agua con un área aproximada de una esfera del tamaño del Sistema Solar, incluyendo a Plutón, y repitiendo el proceso dos mil millones de veces.

Todo lo que conocemos de la ciencia debería decirnos que esto no funciona como remedio a ninguna enfermedad. Toda la industria homeopática, por más bien intencionados que hayan sido sus orígenes, no pasa de ser un timo. Esta es la razón principal por la que los científicos la rechazan hoy día.

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Intentos de legitimar la homeopatía

Si se va a PubMed u otros índices que colectan estudios en cuanto a diversos temas, uno encuentra de todo. Si se busca sobre el glifosato, se encontrarán estudios que lo vinculan al cáncer y otros que no. Si se busca sobre el aspartame, se encontrarán estudios que lo vinculan y otros que no. Aquellos que estén en contra del aspartame se enfocarán en los estudios detrimentales y los otros enfatizarán los que están a favor. Lo mismo ocurre con la homeopatía.

Entonces, ¿como podemos decidir si la homeopatía nos brinda los resultados deseados o no? Antes de responder a estas preguntas quisiera reiterar lo que he indicado en otros artículos:

  • La inmensa mayoría de los estudios preliminares no son fiables: generalmente son pobremente ejecutados, o seriamente limitados o sin los debidos controles. De hecho, cerca del 85 % de todos los estudios preliminares suelen llegar a conclusiones erradas, no importa si provienen de revistas arbitradas por pares.  Esto se conoce muy bien dentro de las ciencias, pero es algo que el público promedio desconoce (Ioannidis, “Why Most Clinical”; “Why Most Published”). Véase nuestros artículos anteriores al respecto aquí y aquí.

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  • Lo anterior significa que el público no puede confiar en estudios preliminares individuales. A veces recibo mensajes en torno a estudios preliminares que llegaron a algo distinto que lo que he expuesto en este blog. Mi respuesta (como divulgador no experto) es que no se puede utilizar un solo estudio para desmentir una número considerable de estudios mucho más sólidos.

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  • Hay una jerarquía de calidad de estudios o de evidencia científica.
    • Las opiniones de expertos y relatos anecdóticos ocupan justo la parte más baja de esta pirámide.

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    • De ahí le siguen los estudios preliminares.

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    • La escalera continúa con los informes de casos, que usualmente establecen correlación entre fenómenos observados, pero no causación.

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    • Se pueden llevar a cabo estudios de cohorte en los que se puede medir la exposición de un grupo con un atributo X a algún medicamento o químico en relación con otro grupo que no lo está.  Por ejemplo, si hay un grupo en un pueblo que continuamente está expuesto a un químico que lanza una fábrica a la atmósfera, se puede comparar con otro que no tiene el mismo grado de exposición. Eso ayudaría a indicar si esas emisiones son dañinas o inocuas.

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    • Estos son seguidos por los estudios de experimentos debidamente controlados, en los que se privilegia a los controlados aleatorizados (randomized controlled trials). En esta etapa se aspira a establecer causación.

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    • Revisión sistemática o metaanálisis. Esta es la cúspide de la calidad de estudios. Estos artículos establecen un filtro, un conjunto de criterios, por el cual se escogen aquellos estudios que son más sólidos (controlados, de cohorte, etc.) y se descartan los demás.

Hay un ejemplo relacionado con la homeopatía en el que un estudio de mayor solidez sustituyó a uno preliminar. Esto le ocurrió a Jean Benveniste, un prestigioso científico francés cuando fue a publicar un artículo suyo en la revista Nature. Él y su equipo habían diluido una sustancia varias veces hasta que no quedara nada más que agua y lograron documentar que el preciado líquido retenía los atributos curativos. Él le llamó a esta retención de los atributos, “memoria del agua”.  Tras unos resultados sorprendentes, envió su artículo a la prestigiosa revista para su publicación (Davenas et al.)

Durante el proceso de arbitraje, el editor de la revista, John Maddox, levantó su ceja escéptica, incrédulo ante los resultados y le solicitó a Bienveniste visitar su laboratorio con un equipo de investigadores. El distinguido científico no tuvo problema alguno con aceptar la propuesta. Esto es algo que sucede cuando algún editor o árbitro de una revista tiene duda de los resultados.

James Randi

James Randi. Cortesía del James Randi Educational Foundation, CC-BY-SA 3.0.

¿Y quiénes son los miembros de este equipo? Walter W. Stewart, quien era un científico conocido que había publicado en la revista Nature y era famoso por demitificar fraudes. El otro miembro del equipo era Randall James Hamilton Zwinge, mejor conocido como James Randi. Benveniste se confundió en relación con este último: “¿James Randi? ¿Y quién rayos es Randi? ¡No parece haber publicado algo en la literatura científica!” Y era cierto, porque Randi no es científico … sino un mago. Benveniste llamó a Maddox y le preguntó quién era él. Maddox le explicó que a pesar de ser un mago, no era solo un prestidigitador que se dedicaba a entretener el público, sino que también era famoso por desbancar y desmitificar a fraudes.

El desconcertado científico recibió caballerosamente al equipo y en su presencia volvió a llevar a cabo el experimento obteniendo los mismos resultados. El equipo de escépticos reconoció que en este sentido no había engaño alguno de parte del equipo de Benveniste, pero de alguna manera pudo haber habido autoengaño sin que se dieran cuenta. Durante el procedimiento, Randi notaba que los tubos de ensayo en los que había agua homeopática y los del agua ordinaria estaban identificados. Podría ser posible que alguna de la gente de Beneviste no diluyera debidamente los tubos con el agua homeopática, explicando así los inusuales desenlaces. ¿Qué pasaría si el equipo de Benveniste no supiera cuál tubo es cuál?

En este caso, lo que el equipo de escépticos sugirió fue un experimento controlado aleatorizado utilizando una técnica conocida como doble ciego. Randi, Maddox y Stewart fueron a un cuarto y crearon una clave numérica que identificaría los tubos de agua. Nadie tenía esa clave a su disposición y estaba fuera del alcance del equipo de Benveniste. ¿Resultado? El experimento fracasó (Maddox, Randi y Stewart).

Aquí vemos un buen ejemplo de cómo un experimento controlado aleaterizado superó a uno preliminar, pero ¿qué hay de revisiones y metaanálisis?

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Las revisiones científicas Cochrane

Logotipo de la Cochrane Collaboration

Logotipo de la Cochrane Collaboration

La Cochrane Collaboration es una organización prestigiosa cuya opinión tiene un peso significativo a nivel mundial, especialmente en lo que concierne a política pública en el área de la medicina. Ahí participan un total de 53 grupos de todo el mundo, cerca de 30,000 voluntarios, que conducen revisiones sistemáticas en torno a diversos temas. Usualmente sus revisiones científicas son las de más alta calidad a nivel mundial y sumamente estricta. De acuerdo con Wikipedia, estudios en torno a revisiones y metaanálisis sugieren que en cuanto a fisioterapia, infertilidad y ortodoncia, dan a conocer que el nivel de rigor de la colaboración Cochrane es superior al de la mayoría. Sin embargo, tienden a llegar a conclusiones negativas en el caso de intervenciones médicas.

Según la enciclopedia cibernética, a veces se le ha criticado por su ocasional exceso de rigor a la hora de filtrar los artículos para su revisión, a veces excluyendo estudios claves publicados o, muy especialmente, no publicados. Esto ha llevado a que muy raras veces hayan momentos de choque entre el consenso de la comunidad científica y sus revisiones (e.g. el caso de la vacuna del virus del papiloma humano). En algunos casos llega a un alto porcentaje de reseñas que no son concluyentes. A veces no mantiene las revisiones al día.

A pesar de todo ello, en general, las revisiones de la colaboración Cochrane suelen ser consideradas en la comunidad médica como la estrella dorada de las revisiones científicas, teniendo en consideración que la organización no es perfecta y que en muchos aspectos todavía debe mejorar su aproximación a los temas. Sin embargo, suele ser transparente e independiente.

¿Y cuáles han sido los resultados de este grupo internacional en relación con la homeopatía?  Nada halagador para los que la favorecen. Han habido ocho revisiones científicas, la última dada a conocer este mes:

En todos los casos, ninguna de las revisiones Cochrane ha encontrado evidencia alguna de la efectividad de los remedios homeopáticos. Esto se debe a que los resultados de los experimentos debidamente controlados no han mostrado diferencia significativa con grupos a los que se les suministraba placebo. En otros casos, los resultados positivos provenían de experimentos mal diseñados.

La comunidad científica coincide con estas apreciaciones. Por ejemplo, véanse estas publicaciones: Ernst “A Systematic Review”; “Homeopathy”; Linde et al.PassalacquaSteurer-Stey, Russi y Steurer.

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Conclusión

Nada de esto indica con 100% de seguridad que algunos productos homeopáticos no den resultados. Sin embargo, las revisiones científicas que hemos visto nos conducen en una sola dirección:

  1. No hay evidencia de que los productos homeopáticos tengan mejores resultados que el placebo.

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  2. Lo anterior sugiere también que si alguien experimenta mejoría por el consumo de productos homeopáticos se debe a algún otro factor:  el efecto placebo, otro remedio que se esté tomando junto al homeopático, algún factor que el paciente no está teniendo en cuenta (memoria selectiva), el curso natural de la enfermedad, entre otros.

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  3. No hay razón alguna para que los seguros cubran los productos homeopáticos, ya que no hay evidencia de que funcionen. En el caso de seguros privados, probablemente los cubren porque así ganan mayor clientela, a saber, todas las personas que creen que la homeopatía funciona.

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  4. El estado no debería ofrecer cubierta o estimular de manera alguna la homeopatía.

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  5. La enseñanza de la homeopatía debería estar fuera de las escuelas de medicina y las universidades.

Una vez más, a menos que experimentos y estudios de alta calidad demuestren algo distinto, esta debería ser la conclusión a la que todos debemos llegar. También indican que deberían reducirse los fondos que se derrochan en tratamientos como este, cuando las investigaciones preliminares suelen ser tan pobres y cuando las mejores revisiones y metaanálisis llegan exactamente al mismo lugar.

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Muchas gracias.

Referencias

BBC. “Homeopathy: The Test”. Horizon. 28 de noviembre de 2002.  http://www.bbc.co.uk/science/horizon/2002/homeopathytrans.shtml.

“Cochrane (Organisation)”. Wikipediahttps://en.wikipedia.org/wiki/Cochrane_(organisation).

Davenas, E. et al. “Human Basophil Degranulation Triggered by Very Dilute Antiserum Against IgE”. Nature, vol. 333, 30 de junio de 1988, pp. 816–818. doi: 10.1038/333816a0.

Ernst, E. “Homeopathy for Eczema: A Systematic Review of Controlled Clinical Trials.” British Journal of Clinical Pharmacology, vol. 166, núm. 6, junio de 2012, pp. 1170-1172. doi: 10.1111/j.1365-2133.2012.10994.x.

—. “A Systematic Review of Systematic Reviews of Homeopathy”. British Journal of Clinical Pharmacology, vol. 54, núm. 6, 17 de diciembre de 2002, pp.577-582. doi: 10.1046/j.1365-2125.2002.01699.x.

Haehl, Richard. Samuel Hanneman: His Life and Work. 2 vols., B. Jain, 2003.

“Homeopathy”. RationalWikihttps://rationalwiki.org/wiki/Homeopathy.

Ioannidis, John P. A. “Why Most Clinical Research Is Not Useful”. PLOS | Medicine, vol. 13, núm. 6, 2016, e1002049. doi: 10.1371/journal.pmed.1002049.

—. “Why Most Published Research Findings Are False”. PLOS | Medicine, vol. 2, núm. 8, 2005, e124. 10.1371/journal.pmed.0020124.

Linde, K., W. B. Jonas, D. Melchart y S. Willich. “The Methodological Quality of Randomized Controlled Trials of Homeopathy, Herbal Medicines and Acupuncture.” International Journal of Epidemiology, vol. 30, núm. 3, junio de 2001, pp. 526-531.

Maddox, John, James Randi y Walter W. Stewart. “`High-dilution’ experiments a delusion.” Nature, vol. 334, 28 de julio de 1988, pp. 287-290. doi: 10.1038/334287a0.

Mulet, J. M. Medicina sin engaños. Planeta, 2015.

Pinker, Steven. The Stuff of Thought. Language as a Window into Human Nature. Ed. Kindle, Penguin, 2007.

Muon Ray. James “The Amazing” Randi Lecture at Princeton: The Search for the Chimera”. YouTube. 16 de junio de 2012. https://www.youtube.com/watch?v=qpeN3DVwk4Q.

Passalacqua, G. et al. “ARIA update: I—Systematic Review of Complementary and Alternative Medicine for Rhinitis and Asthma”. The Journal of Allergy and Clinical Immunology, vol. 117, núm. 5,  mayo de 2006, pp. 1054–1062. doi: 10.1016/j.jaci.2005.12.1308.

Singh, Simon y Edzard Ernst. Trick or Treatment: The Undeniable Facts about Alternative Medicine. Ed. Kindle, W. W. Norton & Co., 2008.

Steurer-Stey, C., E. W. Russi y J. Steurer. “Complementary and Alternative Medicine in Asthma: Do They Work?” Swiss Medical Weekly, vol. 132, núms. 25-26, 29 de junio de 2002, pp. 338-44. doi: 2002/25/smw-09972.

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