La energía nuclear contribuye a remediar el cambio climático. Aquí está la evidencia.

Nota: Aunque está debidamente advertido en una de mis páginas del blog, debo hacer la aclaración aquí otra vez debido a la discusión caldeada del tema. Este artículo es de mi iniciativa, no ha sido escrito por encargo de nadie. Tampoco me ha pagado organización alguna con o sin fin de lucro, ni por individuo alguno asociado a la industria.

Introducción

Recientemente, se ha creado un grupo activo en contra del establecimiento de las plantas nucleares en Puerto Rico y ha comenzado una campaña mediática en su contra. Se han hecho varias alegaciones, entre ellas concernientes a los lugares a establecerse, los residuos nucleares, entre otros. Todo esto es perfectamente comprensible y eventualmente se debe debatir en la opinión pública.

Aun con esto, una de las cosas que se repiten es que la energía nuclear (ni en la forma de mini o microrreactores) no puede ser remedio para el cambio climático o que no ha ayudado a reducir o resolver dicho problema. Al escribir el artículo, quiero dejar dos cosas muy claras:

  1. Este artículo no es uno de nuclear versus todas las demás fuentes limpias. Al contrario, mientras más fuentes energéticas limpias y renovables tengamos a nuestra disposición, mejor.
  2. Este artículo no tiene el propósito de desacreditar a ninguna persona, institución o negocio que labore de alguna forma en energía renovable.

Ahora bien, habiendo dicho lo anterior, sí es el propósito de este escrito mirar la evidencia científica reconocida a nivel internacional en relación con la energía nuclear y el cambio climático. He aquí los argumentos en contra de nuclear.

Argumento 1: La energía nuclear no es neutral en cuanto a emisiones de carbono

Uno de los argumentos que más se repiten es que la energía nuclear no es neutral en cuanto a emisiones de carbono porque su proceso de extracción de recursos y construcción emiten gases de invernadero.

Este argumento parte de una falacia: que las energías limpias alternativas nunca han conllevado o emiten muy poco gas de invernadero en su proceso de extracción y construcción. Quiero dejar claro que todas las formas de energía limpia, incluyendo las renovables, emiten de bióxido de carbono o gases de invernadero en el proceso de extracción, construcción y decomisión.

Así que la pregunta no es si la construcción de plantas nucleares con cemento reforzado, acero inoxidable, etc. emite gases de invernadero. Sí lo hace. La cuestión es la siguiente: ¿cuáles energías limpias emiten menos gases de invernadero por unidad energética? Es decir, si creamos una planta nuclear y una granja de placas solares, cuántos gases de invernadero emitirían ambas para producir la misma cantidad de energía (teniendo en cuenta su proceso de producción, transporte, instalación, decomisión, etc.)

La respuesta no es difícil de conseguir de buenas a primeras en el mundo cibernético. Una referencia estupenda que recoge los datos científicos acumulados al respecto se encuentra en el portal de Our World in Data. La otra fuente es el recientemente publicado informe borrador en torno a este tema por parte de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa (UNECE por sus siglas en inglés). Dicho informe se puso al día en enero de este año (2022). Aquí está la evidencia de Our World in Data:

Imagen de OurWorldInData: What are the safest and Cleanest Sources of Energy?
Imagen cortesía de Our World In Data. Creada por Hannah Ritchie y Max Roser. Licencia: CC-BY 4.0 Internacional. A mano derecha, tienen la emisión de gases de invernadero medidos en toneladas por GWh. Coloqué la flecha en el lugar correspondiente a la fuente energética nuclear. Denle clic a la imagen para verla agrandada.

En la imagen se puede ver bien que de todas fuentes energéticas, la energía nuclear es la que menos emite gases de invernadero, que emite 3 toneladas por GWh. Las energías eólica y solar emiten 4 y 5 toneladas por GWh correspondientemente.

Ahora veamos lo que nos dice el informe de UNECE (2022):

Emisiones de gases de invernadero por fuente energética
Emisiones de gases de invernadero por fuente energética (UNECE, Life Cycle 7). La flecha indica los datos sobre energía nuclear. Imagen reproducida por concepto de reproducción legítima (fair use). Dele clic a la imagen para verla agrandada.

Vemos que la energía nuclear es la que menos emite bióxido de carbono cuando se mide en g CO₂ por kWh (entre 5.1 y 6.4 g por kWh). La que le sigue bien cerca es la hidroeléctrica que produce 360 MW.

No hay dudas en cuanto a los datos científicos, la energía nuclear es la que menos emite gases de invernadero por unidad energética.

Argumento 2: La energía nuclear no puede descarbonizar la red energética

El segundo argumento que se suele presentar es que la energía nuclear no puede descarbonizar la red energética.

La experiencia de Francia contradice esa convicción. Al contrario, en un periodo muy corto de tiempo, ese país descarbonizó más de 2/3 de su red con energía nuclear en un periodo aproximado de quince a veinte años. Junto a las hidroeléctricas, para todos los efectos, Francia produce de las energías más limpias de toda Europa.

La generación de energía por fuente en Francia
La generación de energía en Francia por fuente. Imagen cortesía del IEA Energy Statistics. Se puede ver que la energía nuclear es la mayor contribuyente de la descarbonización de la red, seguida por las fuentes hidroeléctricas. Las demás, incluyendo las renovables, no han podido contribuir significativamente a ello.

Argumento 3: Alemania ha descarbonizado su red solamente con renovables.

Fuentes de la producción energética bruta de Alemania (TWh) para el año 2021. Imagen cortesía de Clean Energy Wire. Licencia: CC-BY-SA 4.0 Internacional.

El tercer argumento que se esgrime es que Alemania produce energéticamente gracias a energía renovable y está decomisando su energía nuclear.

Desde el año 2002, Alemania se propuso gradualmente conducirse a una política energética conocida como la Energiewende (el giro energético) de combustibles fósiles a energías renovables. Después de veintiún años, Alemania ha progresado en descarbonizar parcialmente su red, pero a un ritmo mucho más lento que Francia. De hecho, la cantidad de dinero que ha gastado en ello ha sido enorme. Por ejemplo, desde los inicios de la Energiewende hasta el 2011, el país había gastado cerca de US$ 130 mil millones en paneles solares solamente, esto lo hemos reportado desde la primera ocasión que hablamos del tema (Frondel et al. 2014). Sin embargo, para el 2016, la producción solar solamente constituyó el 5.9 % de su energía. Como pueden ver en la gráfica arriba, hoy esa cifra es del 8.8 %. Para el 2016, Alemania ya había invertido cerca de 500 mil millones de euros (cerca de US$ 555,000,000,000 para ese año) en fuentes renovables.

Sin embargo, para ilustrar el problema del curso de acción tomado por Alemania tomemos el costo actual promedio de una planta nuclear convencional, digamos US$ 15 mil millones, y añadimos US$ 10 mil millones por costos por atraso, inconvenientes, etc., como ocurre hoy día, para un total de US$ 25 mil millones. Si con el dinero gastado en fuentes renovables se hubieran podido construir mínimo 22 plantas nucleares, y se hubieran mantenido las viables (17 para el 2011), para un total de 39, tal vez hubieran descarbonizado sustancialmente la mayoría de la red a estas alturas en un escenario muy parecido al de Francia.

El resultado neto, comoquiera que se desee ver, es que Alemania hubiera emitido sustancialmente menos gases invernadero que en la actualidad si no fuera porque está implosionando las plantas nucleares. Esta decomisión es un dato que se repite por los oponentes de la energía nuclear. Sin embargo, omiten un pequeño detalle, dichas decomisiones han conducido al país a la quema de lignito, el combustible más sucio y emisor de CO₂ existente. Han tenido que desplazar a varios poblados debido a la minería de lignito para poder continuar produciendo energía.

Futuro documental en torno al tema del perjuicio que ocurrió en Alemania debido a la implosión de plantas nucleares.

Aunque el gobierno alemán se ha comprometido con un “phase out” de ese combustible indeseado, el problema actual es que para llegar a su meta de reducción de emisiones de gases de invernadero, necesita del gas natural importado de Rusia. Esto tiene que ver bastante con la crisis mundial de las tensiones entre Rusia y Estados Unidos en relación con Ucrania. Sin el gas de Rusia, Alemania ahora está en la cuerda floja al continuar decomisando energía nuclear, pero sin nada viable para sustituirlo. Debido a esta crisis, los datos recientes reflejan que ha habido un aumento de emisiones de CO₂ por la quema de carbón duro y lignito.

Estadísticas del consumo de energía del 2020 y 2021 en Alemania
Estadísticas del consumo de energía del 2020 y 2021 en Alemania. Imagen cortesía de Distatis. Véase los datos de carbón y de gas natural. Nótese que la producción de casi todas las renovables se redujeron. Recordemos que el 2021 es el año de la recuperación de la pandemia del COVID-19 y que necesitaba mayor producción energética.

Solo es con la presencia de las plantas nucleares restantes, que entre ellas y las renovables se produce la mayoría de la energía limpia alemana. Lamentablemente, la política pública actual es que este año decomisarán las nucleares que quedan, con todo lo que eso implica en cuanto a la producción energética limpia a la que aspira.

Argumento 4: La producción energética con nuclear genera emisiones de CO₂

Planta nuclear en Dukovany, en la República Checa.
Planta nuclear en Dukovany, en la República Checa. Imagen en dominio público.

El cuarto argumento que escucho a decir a mucha gente es que la energía nuclear emite tanto o más bióxido de carbono que los combustibles fósiles durante su producción energética.

Con base en lo que hemos visto arriba, no es plausible que la producción energética con nuclear produzca gases de invernadero. Sin embargo, a partir de los Simpsons y de las imágenes de plantas convencionales, mucha gente piensa que lo que se ven son chimeneas emitiendo contaminantes a la atmósfera. Sin embargo, lo que ustedes ven en la fotografía arriba, o lo que se ve en plantas convencionales no son chimeneas, y lo que sale de ahí no es contaminante.

Esas “chimeneas” son en realidad torres de refrigeración y el gas que sale de ahí es agua. Su función es cónsona con los ideales del ecologismo: enfriar el agua que sale de la planta para que no se afecten los ecosistemas a su alrededor (García, La energía nuclear cap. 6). Por supuesto, el agua es un gas de invernadero, pero el asunto es que no añade agua a la atmósfera o los sistemas terrestres, sino que se mantiene igual: se condensa, llueve, se evapora, etc.

Argumento 5: La energía nuclear no ha prevenido la emisión de CO₂

El quinto argumento es que la energía nuclear no ha prevenido la emisión de gases de invernadero.

Un estudio por dos científicos de la NASA en el 2013 dejaron muy claro que desde los comienzos de la energía nuclear hasta el 2010, se previnieron las emisiones de toneladas de gases de invernadero (Karetcha y Hansen “Prevented Mortality”). Este punto recientemente se vio corroborado en el breve tecnológico publicado en el 2021 por la UNECE en relación con la energía nuclear.

Imagen de UNECE: Emisiones de dióxido de carbono
Aquí se ilustra cuánto dióxido de carbono se emitió en Europa y las fuentes alternativas que lo previnieron. Como se puede ver, las nucleares y las hidroeléctricas fueron las que mejor evitaron las emisiones de gases de invernadero (UNECE, Technology Brief 4). Denle clic a la imagen para verla agrandada.

Se puede ver que en Europa, han sido la energía nuclear y la hidroeléctrica las dos fuentes que han prevenido la mayor emisión de gases de invernadero. Las demás fuentes renovables se quedan cortas.

Conclusión

Hay bastante qué discutir en el debate público en Puerto Rico en torno a las fuentes energéticas. Sin embargo, no hay base alguna para alegar que la energía nuclear no ayuda sustancialmente a reducir las emisiones del efecto de invernadero o que no sea un instrumento importante para combatir el calentamiento global y el cambio climático que conlleva. Quien diga lo contrario, está incurriendo en pseudociencia, sea deliberada o por mala información. La evidencia es contundente de que es un recurso necesario para el futuro de la humanidad.

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Muchas gracias.

Referencias

Clemmer, S., J. Richardson, S. Sattler, y D. Lochbaum. The Nuclear Power Dilemma. Declining Profits, Plant Closures, and the Threat of Rising Carbon Emissions. Union of Concerned Scientists, noviembre de 2018. http://www.ucsusa.org/nucleardilemma.

Frondel, M., C. M. Schmidt y C. Vance. “Revisiting Germany’s Solar Cell Promotion: An Unfolding Disaster”. Economic Analysis and Policy vol. 44, núm. 1, 2014, pp. 3-13. http://dx.doi.org/10.4419/86788407.

García, Alfredo. La energía nuclear salvará al mundo. Derribando mitos sobre la energía nuclear. Edición de Kindle, Planeta, 2020.

Kharecha, P. A., y J. E. Hansen. “Prevented Mortality and Greenhouse Gas Emissions from Historical and Projected Nuclear Power.” Environmental Science and Technology, vol. 47, 2013, pp. 4889-4895. https://doi.org/10.1021/es3051197.

Ritchie, Hannah. “What Are the Safest and Cleanest Sources of Energy?” Our World in Data. 10 de febrero de 2020. https://ourworldindata.org/safest-sources-of-energy.

United Nations Economic Commission for Europe (UNECE). Life Cycle Assessment of Electricity Generation Options. Geneva: United Nations, 2022. https://unece.org/sed/documents/2021/10/reports/life-cycle-assessment-electricity-generation-options.

UNECE. Technology Brief: Nuclear Power. Geneva: United Nations, 2021.  https://unece.org/sites/default/files/2021-08/Nuclear%20power%20brief_EN_0.pdf

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