El pasado domingo, 22 de agosto de 2021, el sociólogo de la religión y distinguido experto de la teología de la liberación Samuel Silva Gotay escribió un artículo que es una joya, que debería ser lectura obligada de todo aquel que se considere cristiano creyente. Se titula: “Cómo condenar la gente a muerte y burlar la ley“. Aquí, nos hace una muy importante advertencia en torno a la manera en que algunos sectores han tornado la religión en una excusa para evadir la ley.
Esto lo escribe desde el contexto de las declaraciones del naturólogo Norman González Chacón (que discutimos en nuestro artículo previo) donde hizo unas falsas interpretaciones bíblicas para desligitimar el uso de las vacunas para lidiar con el problema del COVID-19. En una parte de ese artículo de opinión nos dice:
Más de cuatro millones de muertos en poco más de un año son muchos muertos, para que un fulano que nunca ha entrado en la biblioteca de una escuela de teología acreditada se le ocurra postular ideas tan fantasmagóricas como la “identidad celestial del individuo”. Esto jamás se le hubiera ocurrido a San Agustín, ni a Karl Barth o al Reverendo Domingo Marrero….
Los fiscales que investigaron el caso dijeron que “no hay asunto delictivo”, porque no viola la “orden ejecutiva”, en la medida que la orden ejecutiva “reconoce la libertad religiosa”…. Los políticos siguen usando el principio de “la libertad religiosa” como si fuera una bandera de campaña o un trapo para limpiar la casa. La libertad religiosa como todos los demás derechos humanos, solo existe en la práctica social. Por lo tanto, de la misma manera que no podemos reconocerle libertad religiosa a una iglesia para quemar a gente viva en la plaza pública, ni una secta para sacrificar niños en un altar, tampoco podemos ponerle libertad religiosa a la práctica de burlar la ley…
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