
En el mundo occidental fuertemente influenciado por el judeocristianismo, fuera de la Pasión de Jesús, tal vez no ha habido relato más conmovedor que el del Éxodo de israelitas de Egipto. La fuente que utilizamos para conocer del evento es el Pentateuco, es decir, los primeros cinco libros de lo que se conoce como la Biblia Hebrea y que se encuentra bajo el nombre de la Torah, la llamada “Ley de Moisés”. Por esta razón, también aparecen en el Antiguo Testamento de las biblias cristianas en general. El Pentateuco o la Torah se compone de los libros del Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio. Alguien me dirá que el relato cubre solo cuatro de esos cinco libros, ya que no hay nada de esto en el Génesis. Sin embargo, este primer libro bíblico sí forma indirectamente parte del relato en calidad de preámbulo de la aparición de Moisés. Allí se nos habla, no solo del origen de la humanidad, sino de las raíces de lo que se conoce hoy como el Antiguo Israel y el fundamento cultural e identitario de los judíos actualmente. De hecho, el Génesis nos dice cómo fue que los hebreos terminaron viviendo en Egipto por un tiempo, lo que le permite al Éxodo explicar cómo escaparon de una situación de esclavitud gracias a Moisés. Es decir, la Torah tiene a Moisés como su eje narrativo.
A pesar del impacto cultural que esto tiene, cabe la pregunta: ¿Existió Moisés? ¿Ocurrió históricamente el Éxodo? Pues esta serie tratará de este tema, viendo la evidencia documental, geográfica y arqueológica al respecto.
El relato principal

Según el relato, el patriarca Jacob (Israel) se asentó en Egipto donde se multiplicaron los antiguos hebreos. Ante la amenaza numérica, los egipcios tomaron medidas contra ellos, convirtiéndoles en esclavos y haciéndoles pasar por horripilantes maltratos. El faraón también determinó matar a los niños hebreos varones, pero uno de ellos se salvó gracias a la su madre y a la hija del faraón. Este personaje importante es Moisés. El nuevo príncipe de la corte faraónica se conmovió ante el atropello de un supervisor a un hebreo, llevándole a matar al maltratante. Tras el incidente, fue a vivir a la región de Madián, lejos de Egipto, en el que, después de muchos años, tuvo un encuentro con el dios hebreo Yahveh. La deidad le pidió que fuera a donde el faraón y le dijera que liberara a su pueblo. Junto a su hermano Aarón, Moisés le pidió en varias ocasiones al monarca que Yahveh deseaba su pueblo debía salir de Egipto para adorarle. La respuesta del faraón era consistentemente negativa y, en todo caso, aumentó el abuso a los hebreos.
Tras diez prodigiosas plagas, culminando con la muerte de los primogénitos de Egipto, finalmente se dio la orden de liberarlos. A pesar de esa decisión, el faraón cambió de parecer y envió a su ejército para perseguir a los israelitas que se encontraban ante el Mar Rojo. Ahí, en una memorable escena (especialmente para los que vieron The Ten Commandments o The Prince of Egypt), Dios dividió las aguas haciendo que los hebreos pasaran al otro lado del Mar. Cuando el ejército intentó hacerlo, el milagro terminó y los soldados de Egipto se ahogaron en las aguas.
La travesía a la Tierra Prometida, la franja que se conocería después como Israel, duró cuarenta años, cuya mayoría del tiempo se mantuvo en el desierto del Sinaí. Moisés nunca llegó al destino, el viaje lo continuó su fiel combatiente Josué. Este llevó una serie de campañas militares en las que también hubo acontecimientos prodigiosos: en una ocasión el sol se detuvo, en otra, se derribaron las murallas de Jericó. Todo terminó con batallas contra varios pueblos establecidos en tierras cananeas, acción que permitió que se establecieran los israelitas en toda la región de Israel.
Punto de partida clave de la discusión
En los próximos artículos de esta serie, vamos a establecer una evaluación de los siguientes puntos:
- Las fuentes con las que contamos: No solo estamos contando con el Pentateuco, sino también otros libros, como el de Josué y el de Jueces, además de claves importantes que encontramos en otros, tales como 1 y 2 Samuel, 1 y 2 Reyes, 1 y 2 Crónicas, Jeremías, Baruc, entre otros. Vamos a ver cómo el análisis crítico de estas fuentes nos llevan a entender y comprender muchos de los relatos del Pentateuco.
- Las fuentes arqueológicas: Cómo los arqueólogos hoy día interpretan la evidencia en torno al Éxodo y cuáles elementos nos permiten ubicar los sucesos.
En lo que dejo pendiente esta discusión, comencemos mencionando el único dato certero que nosotros tenemos en torno a los comienzos del grupo étnico que después se llegó a conocer como Israel. He aquí la evidencia arqueológica:

Este artefacto se conoce como la Estela de Merneptah, creado como una estela de victoria conmemorativa de las muchas conquistas que llevó a cabo Merneptah durante su reinado. Se suele datar la estela alrededor año 1208 a.e.c.
¿Por qué es bien importante este tema? Porque casi a lo último, como una idea tardía que casi se le ocurre al final, nos dice sobre su invasión a Oriente:
Canaán está despojada
Ascalón ha sido deportada
Gezer ha sido capturada.
Yanoam parece como si jamás hubiera existido,
Acto seguido nos dice:
Ysreer [ha sido] cortado [i.e. devastado]; su grano [i.e. semilla] no [es] [i.e. ha dejado de ser existir].
Lo que da la confianza de que se entienda de que este “Ysreer” es Israel tiene que ver con que esta sección se refiere al área de Palestina y lugares cercanos. No hay otros lugares de esa época que tenga un nombre parecido al de “Ysreer”.

Por supuesto, la “semilla de Israel” no dejó de existir, ya que tenemos evidencia documental y arqueológica de su existencia siglos después.
Existe un debate bastante fuerte en torno a si “Israel” se refiere, en este caso, a una región, a una etnia o algún otro tipo de grupo cananeo de la región. La pregunta es muy difícil de responder, por lo que tenemos que contextualizar arqueológicamente este dato histórico.
Por ahora, todo lo que esto nos permite concluir es que “Israel” ya se identificaba por nombre en oriente, probablemente gracias a los habitantes en la región cananea o la región palestinense que posteriormente se conoció como Israel. Este es nuestro ancla arqueológico para identificar cuál es la evidencia más temprana de la existencia de Israel, el 1208 a.e.c. No perdamos de vista de que al menos un faraón de Egipto se molestó en mencionarlo, aunque casi al final de su estela. Esto significa que no fue un lugar de resistencia significativa ante las poderosas fuerzas imperiales de Egipto. Estos son datos que debemos tener en mente para nuestra futura discusión.
Eso significa que si hubo un Éxodo, este debió haber ocurrido antes. De acuerdo con Éxodo 12:40 y 1 Reyes 6:1, sí es anterior a la estela. Estos dos libros de la Biblia Hebrea implican que el suceso ocurrió en el 1446 o 1447 a.e.c.
Sin embargo, esto choca de frente con otros datos que también nos da el libro del Éxodo cuando nos habla del faraón de Egipto que esclavizó a los israelitas:
… Así se edificaron para Faraón las ciudades almacenes de Pitom y Ramasés.
Éxodo 1:11b (Cantera-Iglesias)
Pitom es el nombre de la residencia del faraón Ramsés II en el Delta del Nilo. Por supuesto, “Ramasés” o Pi-Ramsés nos recuerda a “Ramsés”. Los arqueólogos han reconocido desde mucho tiempo a Pi-Ramsés como una ciudad que floreció durante la época de 1270 al 1120 a.e.c., desde la época de Ramsés II. Según William G. Dever, Pitom (Per-Atum, o Casa de Atum) parece ser Tell el-Maskhuta o tal vez cerca en Tell el-Retabeh. Ambos lugares que han sido excavados y que fueron ocupados durante los tiempos del Nuevo Reino (1570-1069 a.e.c.). Dever se inclina a que probablemente es Tell el-Maskhuta, porque Tell el-Retabeh fue aparentemente abandonado durante el Nuevo Reinado, probablemente durante el periodo de los Ramsés (1295-1186 a.e.c.), solo para que se volviera a establecerse su población durante el siglo XII a.e.c. (Beyond the Texts 182; Who Were 14) Para otro experto, James K. Hoffmeier, con base en escritos egipcios, nos dice que supuestamente se debieron haber construido lugares de depósito y reservas en Tell el Retabeh. Originalmente, el nombre “Per-Atum” se asociaba con este lugar desde la época del Nuevo Reino hasta aproximadamente el siglo VIII o VII a.e.c. y después con Tell el-Maskhuta. Para Hoffmeier, si usamos solo la evidencia arqueológica de Tell el-Retabeh, el Éxodo no pudo haber ocurrido antes del 1300 a.e.c. (61-65) Cabe mencionar que en Tell el-Retabeh se encontraron esculturas de Ramsés II en bloques de granito en gesto de presentarle ofrendas al dios Atum, algo que se ha tomado como alguna señal de que hubo un templo dedicado al dios en ese lugar. No importa cuál región se escoja como Per-Atum, parece ser que ambos lugares se asocian de alguna manera a Ramsés II y la época en que vivió.
Ahora bien, ¿cuál es el problema con esta evidencia y la fecha sugerida por los libros de Éxodo y 1 Reyes? Que si estas dos ciudades fueron construidas por un solo faraón, como alega el libro de Éxodo y la arqueología nos demuestra que fueron construidas por Ramsés II, entonces el Éxodo no pudo haber tomado lugar durante el siglo XV a.e.c., sino varios signos más adelante en el siglo XIII a.e.c., específicamente durante la vida de ese faraón: 1279-1224 a.e.c.
Esto empieza ya a poner en aprietos el relato bíblico, ya que ciertos datos parecen indicar la fecha del Éxodo como del siglo XV a.e.c., pero estos datos sugieren que fue durante el siglo XIII a.e.c. Se refuerza esta última fecha, irónicamente por el Pentateuco mismo. Éxodo 12:37 y Números 33:3 indican que los israelitas comenzaron su travesía desde Pi-Ramsés, la ciudad creada por Ramsés II. (Hoffmeier 65)
¿Hacia dónde se inclina la balanza? ¿Se dio el éxodo se dio durante el siglo XV a.e.c. o durante el periodo de Ramsés II en el siglo XIII a.e.c.? Dado los escasos datos provistos por el libro de Éxodo, la evidencia arqueológica parece indicar que dicho acontecimiento, si es que ocurrió, debió haberse dado durante el reinado de Ramsés II.
Esto significa que el periodo del Éxodo puede ser delimitado entre el 1279 a.e.c. con el comienzo del reinado del faraón Ramsés II y 1208 a.e.c. cuando aparece el nombre de “Israel” en la estela de Merneptah.
¿Qué se ha encontrado de un posible Éxodo del 1279 al 1208 a.e.c.? Eso lo discutiremos en la próxima entrada de esta serie. Sin embargo, les doy un pequeño adelanto … no hay ninguna evidencia clara de ello.
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Muchas gracias.

Referencias
Cantera Burgos, Francisco y Manuel Iglesias González. Sagrada Biblia. Versión crítica sobre los textos hebreo, arameo y griego. Biblioteca de Autores Cristianos, 2019.
Dever, William G. Beyond the Texts. An Archaeological Portrait of Ancient Israel and Judah. SBL, 2017.
—. Who Were the Early Israelites and Where Did They Come From. William B. Eerdmans, 2003.
Hoffmeier, James K. Ancient Israel in Sinai. The Evidence for the Authenticity of the Wilderness. Oxford UP, 2005.
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Si el exodo historico sucedio en el siglo XIII, eso pone en aprietos a la caida de Jerico y, en consecuencia, al relato de la Conquista. No habria forma de ajustar las fechas.
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En mi opinión —y la posición consensuada de los arqueólogos y expertos en el tema— es que no hubo Conquista. Sencillamente lo relatado en algunos lugares del Pentateuco y en el libro de Josué no coincide con lo que hallamos a nivel arqueológico. De hecho, cuando se contrasta a Josué con el libro de Jueces y otros libros deuteronomistas, hay notables contradicciones.
El problema con ajustar las fechas es que puede afectar otras cuya fijación cronológica es más certera. La conclusión de la mayoría es que simplemente no ocurrió la Conquista.
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Una sugerencia, seria adecuado incluir el link de la parte siguiente en el articulo anterior. Desde el movil para acceder a la siguiente parte se tiene que buscar nuevamente el nombre de la serie de articulos. Seria mucho mas comodo si se pudiera acceder a laparte dos con un click.
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Gracias por la sugerencia. El problema es que esto me tomaría algo de tiempo, pero espero hacerlo eventualmente.
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