
Este año se comenzó a presentar en Estados Unidos el documental Hail Satan?, producido y dirigido por Penny Lane, una cieneasta independiente cuya obra incluye Our Nixon y Nuts! En el momento en que escribo este artículo, en IMDB tiene un puntaje de 7/10, en Rotten Tomatoes tiene una puntuación de 97% de aprobación de los críticos y ha sido certificado Fresh.
En general es una excelente producción, bien organizada y ayuda a poner en perspectiva una organización que se conoce como The Satanic Temple (El Templo Satánico), tanto su fundación, ascenso en popularidad y problemas internos.
El Templo Satánico se coloca dentro de un historial de cultura satánica que se ha desarrollado desde finales del siglo XIX y, particularmente, desde su pleno florecimiento durante la segunda mitad del siglo XX. Hay diversas sectas satánicas alrededor del mundo, pero la organización más notable que ha sido reconocida oficialmente como “iglesia” en Estados Unidos, es la Iglesia de Satanás, fundada por Anton Szandor Lavey en 1966, autor de la Biblia Satánica (1969). Para Lavey, Satanás no es tanto un ser real, sino un símbolo de la rebelión contra toda forma de autoritarismo y particularmente del cristianismo. Las bases filosóficas de la organización son el epicureísmo —mal entendido—, el darwinismo social de Herbert Spencer y el objetivismo de Ayn Rand, esta última, una corriente seudofilosófica bien popular en los Estados Unidos desde que esa autora escribió la malísima novela, Atlas Shrugged (en español se traduce el título como La rebelión de Atlas). Según Lavey, la Iglesia Satánica es objetivismo randiano ritualizado. Además, esta institución lleva consigo bastante del pasado esotérico de finales del siglo XIX y de la primera mitad del siglo XX, especialmente con la literatura del influyente Aleister Crowley. Este fue, por un tiempo, líder de la organización Ordo Templis Orientis, se autoproclamó la Bestia 666 y fue autor del libro Magick in Theory and Practice, donde hablaba de escribir, caminar y tocar el fonógrafo al revés —de ahí los famosos esfuerzos publicitarios de los “mensajes subliminares al revés” en pistas musicales.
A diferencia de Crowley y Lavey, el Templo Satánico es otro tipo de organización. Comparte con la Iglesia de Satanás el uso de la imagen del ángel caído como símbolo de una rebelión a toda autoridad arbitraria y se expresa en contra del privilegio que recibe el cristianismo y otros movimientos religiosos por parte del estado. Sin embargo, rechaza la visión de Crowley y la de Lavey. El primero escribió una literatura esotérica que es puramente irracional y que se encuentra sumida en la superstición. El último, aunque hizo del satanismo una corriente no teísta, adoptaba la ideología objetivista randiana,una social darwinista y algunas creencias sobrenaturalistas que proclamaba LaVey. El Templo Satánico es una organización no teísta, que aboga por la acción racional y una cosmovisión fundada en las ciencias. Por último, la diferencia principal entre ambos grupos consiste en que la Iglesia de Satanás no es activista, el Templo Satánico sí.

Otra particularidad de El Templo Satánico es cómo emergió. El documental muestra los vídeos de cuando en 2013, un grupo de personas, planificó una organización que cumpliera con todos los criterios establecidos por el gobierno estadounidense para que cualificara como iglesia y así recibir fondos. El propósito no era recibir esos fondos (han dejado claro que no quieren recibirlos), sino mostrar el absurdo de los criterios que habían sido establecidos por el presidente George W. Bush.
Su primera actividad fue la de manifestarse ante el Capitolio del Estado de Florida, favoreciendo al gobernador republicano Rick Scott, que era respaldado por el sector religioso cristiano conservador estadounidense. La ocasión se dio por su iniciativa de implementar la oración en las escuelas públicas.
Si no fuera suficiente, ante las actividades descabelladas de la iglesia fundamentalista Westboro Baptist Church, los integrantes de El Templo Satánico decidieron celebrar una “Misa Rosada” en la lápida de la madre del pastor, Fred Phelps, para volverla lesbiana en “la otra vida” para que disfrutara de un acto sexual lesbiano en el cielo. Como podrán imaginar, los templarios satánicos se volvieron los más grandes trolls del fundamentalismo cristiano en los Estados Unidos.
Un momento decisivo de este “troleo” fue cuando se debatía en la legislatura de Oklahoma el que se colocara una representación en mármol de los diez mandamientos en terreno del Capitolio del estado. Pues, el Templo Satánico logró conseguir dinero donado por cientos de personas para que se colocara a su lado una estatua Bafomet: un monumento de bronce que consiste en un ser con cuerpo de hombre y cabeza de chivo sentado en una silla con un pentagrama con el pico hacia abajo y acompañado por una niña y un niño. A entender de los templarios satánicos, por concepto de separación de iglesia y estado, si hay un símbolo religioso judeocristiano en terreno público, entonces podía colocarse su estatua de Bafomet.

Desde entonces, ha habido un ascenso vertiginoso de miembros del Templo Satánico en los Estados Unidos hasta el punto de tener capítulos en Gran Bretaña y otros lugares del mundo. La sede del grupo original y nacional se encuentra en Salem, Massachusetts.
Es claro que esto se volvió algo mucho más que una “broma pesada” o una “sátira”, sino una agrupación activista que tomó una forma religiosa para expresar su sentir. Muchos de sus miembros encontraron en esta agrupación un lugar donde podían llevar a cabo actos de justicia social mientras que lo hacían en un ambiente religioso sin ser necesariamente reverentes a las convenciones sociales. Lo interesante es que para ser miembro, solo hace falta mantener los siguientes siete principios que son plenamente consistentes con una ética racionalmente fundada. Veamos:
- Uno debe esforzarse por actuar con compasión y empatía hacia todas las criaturas de acuerdo a la razón.
- La lucha por la justicia es una aspiración continua y necesaria que debe prevalecer sobre las leyes e instituciones.
- El cuerpo propio es inviolable, que no es sujeto a nadie excepto a la propia voluntad.
- Las libertades de los demás deben ser respetadas, incluyendo la de ofender. La infracción voluntaria e injusta de las libertades de otro es renunciar la suya propia.
- Las creencias deben conformarse al mejor entendimiento científico propio del mundo. Uno debe cuidarse de nunca distorsionar los hechos científicos para que se conformen a las creencias propias.
- La gente es falible. Si uno comete un error, uno debe hacer lo mejor posible para rectificarlo y resolver cualquier daño que haya causado.
- Cada principio es un guía diseñado para inspirar nobleza en actos y pensamientos. El espíritu de la compasión, la sabiduría y la justicia siempre deben prevalecer sobre la palabra escrita o verbal.
Si pensaban que iban a encontrar alguna norma sobre sacrificios humanos o de maldecir a los oponentes, se equivocaron.
Varios de los fundadores han permanecido anónimos, excepto uno en particular que se convirtió en el rostro de la organización, Lucien Greaves.

Lucien Greaves (seudónimo), también conocido como Douglas Mesner (otro seudónimo), ha representado a los templarios satánicos ante el estado, en la prensa, y en actividades de organizaciones escépticas, ateas y humanistas.
El documental se inserta de lleno en la vida de la organización, incluyendo sus momentos difíciles. El filme muestra los excesos de algunas personas de su grupo, como fue el caso de Jex Blackmore, una de sus miembros más activos. Ella fue expulsada de la organización tras haber utilizado un lenguaje en el que parecía amenazar de muerte al presidente Donald Trump.
Tristemente para ellos, hubo una controversia reciente en torno a un abogado, Marc Randazza, que fue contratado con el propósito de defender a Greaves cuando su cuenta fue suspendida en Twitter. Este letrado ha sido famoso por defender a neonazis, Alex Jones y otras personas identificadas con el llamado “alt-right” (derecha alternativa) en los Estados Unidos. Algunos de los miembros de la organización encuentran objetable el uso de este instrumento legal hasta el punto de que algunos capítulos han cortado lazos con el Ministerio Ejecutivo Nacional, como fue el caso del capítulo de Los Ángeles, el de Portland, el de Dallas, el de Nueva York y el del Reino Unido.
En cuanto al filme, este es uno de los mejores documentales que he visto recientemente que aporta unos temas importantes a ser reflexionados por el público, especialmente muchos de nosotros que valoramos los ideales humanistas y un estado de derechos basado en la libertad de expresión y la separación de iglesia y estado. El documental es excelente y recomiendo que el público lo vea. Todavía no se ha presentado en Puerto Rico, pero ya está disponible en la plataforma de Google Play, Vudu y Amazon Prime.
Por mi parte, me parece que Hail Satan?, un documental muy especial, pinta fílmicamente ante los ojos del público, a mi juicio por primera vez, un nuevo panorama en cuanto a la manera en que se están desarrollando ciertos movimientos religiosos a medida que nos movemos a un mundo cada vez más secular. El filósofo Daniel Dennett y otros han señalado que muchas megaiglesias de hoy, aun cuando utilizan la Biblia como su base, tienen mensajes sorprendentemente abstractos que se limitan a dedicar a brindarle al público buenos e inspiradores pensamientos, un énfasis importante en la moral y sentido de propósito. Se deja de enfatizar por muchos esa parte desagradable y antiética de la Biblia, de un dios hebreo tribal e intolerante que, para salvar a la humanidad, requiere el sacrificio de su hijo.
En el ámbito de los no creyentes o de aquellos que no desean seguir una religión formalizada, se opta por otra vía: el camino de las religiones o movimientos religiosos no basados en fe de credo, sino en fe de alianza entre sus miembros. Esta alianza suele estar fijada por unos principios morales o éticos a seguir. En el caso de los unitarios universalistas, sus principios se mantienen independientemente de los credos sostenidos por sus miembros. En el caso del humanismo, sus miembros se atienen a los principios de la Declaración de Amsterdam (2002), que enfatizan en la importancia del unas normas basadas en el ser humano y la Tierra en vez de aquellas dictadas por cualquier deidad o institución religiosa. El naturalismo religioso —que incluye al humanismo religioso— propone, desde distintas perspectivas, una vida espiritual cuya cosmovisión se cimenta en las ciencias y la razón. La gran popularidad que adquirió en un momento dado el libro naturalista religioso del Rev. Michael Dowd, Thank God for Evolution (Gracias a Dios por la evolución), es una fuerte señal de esto. Han habido esfuerzos de hacer de las ciencias una base inspiradora al comprender nuestro universo como resultado de una Gran Narrativa o Gran Historia. En ese sentido, El Templo Satánico camina por ese mismo sendero de proveer significado a la vida de sus miembros sin postular nada sobrenatural. A medida que pase el tiempo, vamos a ver cada vez más grupos religiosos y seculares que ofrecen las tres variables importantes para toda persona, pero apartadas de toda creencia en ámbitos distintos a la Realidad: una perspectiva inspiradora, una vida ética y un sentido de propósito.
Otra dimensión de la discusión del satanismo que quisiera recalcar es que el documental discute el problema del “pánico satánico” de los años 80 y 90, en el que se postulaba la existencia de una conspiración satánica mundial mediante la música y el cine. Según los que propulsaban esta visión de la sociedad, se suponía que había grupos satánicos en esferas de poder que llevaban a cabo sacrificios humanos y querían implementar un nuevo orden económico. En varios casos, estos alegatos descabellados se basaban en supuestas memorias “recordadas” por “víctimas” de estos cultos satánicos. Muchas de las terapias de recuerdo resultaron ser falsas, aun cuando muchas personas fueron a la cárcel, acusadas por haber torturado o violado a sus infantes en las supuestas actividades. Esto resalta un punto que hemos indicado una y otra vez en este blog, nuestra memoria es mucho más maleable de lo que pensamos. Algunos recursos del Templo Satánico se dedican precisamente para investigar, desmitificar y luchar contra las seudoterapias que generan falsas memorias que tanto daño hace a sus víctimas.
Además, hay algo que debemos resaltar del documental. Este pone de manifiesto la importancia de la libertad de expresión, incluyendo el derecho a ofender. De hecho, las burlas —o en el caso del satanismo, blasfemias— en muchos casos tienen la virtud de que, a pesar de que tienen la misión de ofender, tienen un objetivo más importante que es mostrar con claridad prístina lo absurdo de lo que alguna persona o institución propone. Muchas veces, una sátira o parodia a la religión organizada es mucho más efectiva para ilustrar la estupidez de lo que propone una religión que unos largos párrafos bien argumentados. Es por ello que muchas religiones impulsan la idea de la sacralidad de una creencia como una manera de crear una red de coerción entre sus miembros para impedir su libre expresión en torno a temas sean absurdos o éticamente reprensibles. Es todo sobre aceptar ciegamente la autoridad.
El Templo Satánico recuerda a Satán, una figura mítica que cumplió el rol de “adversario”. Esta adversidad contra Dios toma la forma de una rebelión contra todo tipo de tiranía o autoridad arbitraria, sea en la política o en la esfera religiosa. Aun cuando no estemos totalmente de acuerdo con algunas de sus tácticas para confrontar al sector religioso, sí hace una valiosa aportación al hacerlo por vías pacíficas y con un oscuro sentido del humor.
En fin, esto este tema es muy pertinente en un Puerto Rico del siglo XXI en que una Iglesia Católica se sintió en la necesidad de “limpiar” las escalinatas de la Catedral con una ceremonia de “reparación” debido a un perreo que allí se bailó. ¡Todavía en esta época, debemos lidiar con este tipo de supersticiones por no tolerar un acto irreverente!
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Muchas gracias.
TST me recuerda a la tradición de los filósofos risueños (laughing philosophers).
https://eidolon.pub/swinish-herds-and-pastafarians-efdc9ca6db2d
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Sí. En principio, me pareció como la iglesia pastafariana, una agrupación que era más bien una “iglesia satírica”. Sin embargo, de acuerdo con Lucien Greaves, este no era el propósito de la organización (al menos no para él). Así que para mí el Templo Satánico ocupa un lugar entre iglesia satírica e iglesia formal convencional. No sé cómo catalogarla exactamente. Sin embargo, lo que no cabe duda es que ha inspirado a mucha gente para que contribuya socialmente, algo que considero muy positivo.
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