Recientemente, ha habido un ambiente más desfavorable para la inversión en energía nuclear en China, una de las grandes impulsoras de estos proyectos.
Una parte de la razón es que la inversión en muchas de ellos ha probado ser bastante costosa. Muchas ideas de reactores nucleares parecen buenas en papel, pero muchas de las más innovadoras nunca se pusieron a prueba adecuadamente sino que, en teoría, “debían funcionar”. Este fue el caso de proyectos tales como la construcción del AP1000®.

Se prevía que esta planta debía ser barata y egura, debido a que es modular. Por “modular”, entiéndase que no sería una planta convencional, que requiere ajustar su edificación a las condiciones geomorfológicas del lugar. Al contrario, el edificio era estándar, cuyas piezas (módulos) se manufacturarían y se armaría en el lugar de operaciones. Además, contaría con un sistema redundante de seguridad pasiva, que incluye una estructura al tope del reactor (la estructura blanca que ustedes pueden ver en la imagen). Esta reservaría agua para enfriar el reactor por 72 horas en caso de cualquier accidente. Si esta provisión hubiera estado presente en el reactor de Fukushima, el famoso accidente del 2011 no hubiera ocurrido.
Esta combinación de ser manufacturado y seguridad parecía ser una clave para contruir una planta a un costo más bajo que las convencionales. Desgraciadamente, en la práctica, fue mucho más costoso construirlo que lo previsto. El diseño tenía unas fallas de seguridad imprevistas y que implicó mayor inversión para resolverlas. La campaña contra ellas también retardó todo el proceso de edificarlas e iniciar sus operaciones. Tanta fue la inversión en este tipo de edificación, que Westinghouse tuvo que hacerlo con la contribución de Toshiba. Más tarde, Westinghouse tuvo que irse a la quiebra por lo oneroso del proyecto en Estados Unidos. No obstante muchos de estos obstáculos, China logró terminar y activar sus dos unidades de su planta AP1000® en Sanmen. En Estados Unidos, continúa la construcción de dos de las cuatro plantas AP1000® que se tenían pensadas construir.
Lo mismo ha ocurrido con las plantas EPR (Evolutionary Power Reactor®), que también incorpora aspectos de seguridad activa y pasiva redundantes.
A pesar de todas estas características, también el proyecto ha sido costoso y objeto de demoras en su construcción. Tras un historial de posposición de la comisión de las estaciones Taishan 1 y 2, la primera empezó a operar justo el mes pasado (diciembre de 2018).
Esta serie de atrasos y costos ha desanimado al gobierno chino. No solo eso, sino que lo mismo se ha visto en otros países, tales como Finlandia y los mismos Estados Unidos. No haber puesto a pruebas adecuadas estos modelos nuevos, ha llevado a algunos propulsores de la energía nuclear a criticar el comportamiento de la industria a la hora de innovar radicalmente.
El problema de Bill Gates y su iniciativa de TerraPower®

Desde hace mucho tiempo, el expresidente corporativo de Microsoft, Bill Gates, ha querido invertir parte de su dinero en un nuevo tipo de reactor nuclear, mercadeado bajo la compañía TerraPower®. Su diseño es uno que ha captado la atención de muchos expertos dentro de la industria porque podría proveer energía por muy largo tiempo utilizando desperdicios nucleares. La tecnología integra el uranio enriquecido, los desperdicios nucleares y la tecnología existente de reactores reproductores, de sodio líquido. El combustible podría durar de 40 a 60 años sin necesidad de sustituirlo.
Desafortunadamente, debido a la “guerra” comercial entre Estados Unidos y China, hoy se anunció que se detuvo el proyecto de construcción del prototipo del reactor que se erigiría en el país asiático. Esto se dio varios días después de que Gates publicara una carta en la que le pedía a los líderes de los Estados Unidos promover la energía nuclear como una manera de combatir el cambio climático.
Por lo que se ve, la energía nuclear va a encontrar una serie de obstáculos para los próximos años y todo dependerá del éxito que tendrán las nuevas construcciones en China, India, Finlandia, Canadá, Suráfrica, Rusia y Gran Bretaña. En cuanto a Estados Unidos, todos tienen los ojos puestos en NuScale y en otros reactores modulares o microreactores que están siendo desarrollados por varias empresas (algunas que han presentado sus propuestas en Puerto Rico).
Veremos cuáles serán los resultados de este proceso y cuántos de estos hechos se tendrán en cuenta a la hora de discutir este tema en el debate sobre la energía en Puerto Rico.
