Artículo puesto al día 16 de diciembre de 2019.
La situación del país y la consulta con Alemania
Tras la mala noticia de que la reforma contributiva de Donald Trump se aprobaría sin ciertas concesiones especiales para Puerto Rico, el país se prepara para su próximo “huracán” fiscal, que consistirá seguramente de un proceso de “phase out” de ciertas corporaciones foráneas controladas (CFCs) estadounidenses para evitar un impuesto de 12.5 % sobre cualquier ganancia obtenida por concepto de patentes y marcas comerciales. Para todos los efectos, a menos que se provea en el futuro algún tipo de alivio contributivo dentro de la relación colonial entre Puerto Rico y Estados Unidos, toda esperanza para restaurar la economía se ha desvanecido para al menos la próxima década. De este momento en adelante, esperamos que bastante de la futura discusión de mejoras económicas no pase de “jugar a la política”. A menos que cambien ciertas variables cruciales para mejorar la salud fiscal de nuestro archipiélago, no va a haber gobernador o junta fiscal que pueda hacer algo por mejorar la situación.
Sin embargo, como me dijo un querido amigo en el Viejo San Juan hace más de una semana, aun si hubiera pasado alguna excepción para las CFCs establecidas en territorios como Puerto Rico, parece que también se irían. Sin energía eléctrica funcional, sería muy difícil mantener ese atractivo que las mantiene aquí. Sería una torpe política energética el descansar en la capacidad de drenaje económico que supone operar con base en plantas eléctricas ruidosas consumiendo diesel.
La Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) ha lanzado un “plan de modernización” de $17.6 millardos que consiste básicamente de intentar restaurar la electricidad y una transición a microredes, ambas cosas muy necesarias. A la luz de esta realidad, el gobernador ha estado buscando alternativas. Como hemos visto, ha mostrado sumo interés en la inversión de Elon Musk para proveer baterías y paneles solares. De ello escribimos aconsejando suma cautela, ya que no necesariamente solucionará la estabilidad e infraestructura de la AEE. También hicimos un breve análisis del tipo de islitas en la que invirtió con sus famosas baterías y resulta que tienen una población y densidad poblacional menores que las de Puerto Rico. Nuestra sospecha se ha confirmado con reportes recientes de apagones en el sur de Australia, donde Musk pretendía resolver un problema de interrupciones eléctricas frecuentes. Los subsidios recibidos por Tesla en ese país (suman $50 millones) no han rendido fruto ante las tormentas eléctricas y desperfectos con los molinos de viento. Al apagar sus plantas de carbón, estos molinos no tenían respaldo, por lo que ahora los australianos parecen estar en igual condición que antes de la instalaciones de Tesla. Solo el tiempo dirá si a la larga esta fue una buena inversión del estado. En cuanto a la donación de las baterías Tesla al Hospital del Niño, hasta donde hemos visto no ha salido nada en la prensa local en relación con su efectividad, aunque no sorprendería si ha ayudado a esa institución. Eso esperamos.
Ahora el gobernador Rosselló ha puesto su vista en Alemania, hoy día considerada uno de los centros más importantes de inversión en energía renovable del mundo. En un artículo de Caribbean Business fechado el 5 de diciembre de 2017, se nos dice que el Departamento de Desarrollo Económico reveló una alianza entre Puerto Rico y Alemania a la luz de los acontecimientos recientes en relación con el desastre dejado por el huracán María. Este vínculo con el estado alemán Baden-Wurttemberg colaborará con las universidades locales para hacer un estudio abarcador y así identificar las necesidades de Puerto Rico y desarrollar un “modelo bioeconómico autosustentable”. Esto incluye el establecimiento del uso de energía renovable por parte de la red energética de Puerto Rico. Estas medidas han sido vistas con beneplácito por organizaciones tales como la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria, German Trade & Invest y Enterprise Ireland.
Hay que decir que no está mal la idea de utilizar desechos agrícolas como combustible, aunque algunos expertos y activistas en medidas verdes han levantado una bandera roja ante la explotación de ciertas formas de biomasa como “solución verde”, ya que parecen fomentar la contaminación del ambiente y contribuir al bióxido de carbono en la atmósfera.
No obstante, se pueden levantar dudas también en torno a cómo Alemania invierte su capital en renovables, especialmente ante la política conocida como Energiewende que proyecta el cierre de todas las plantas nucleares de ese país y ha invertido una enorme cantidad de recursos en energía renovable.
¿Quiere el gobernador ensayar en Puerto Rico un Energiewende?
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Mientras tanto, Francia dice “Gracias, pero no gracias” a un posible Energiewende
Si algunos escucharan a ciertos políticos y comentaristas en la radio, parecería que la energía alemana funciona casi todo con renovables. Cuando toca el tema (en muy raras ocasiones), Doña Miriam Ramírez de Ferrer, figura eminente en el estadoísmo, se escandaliza en torno a cómo el uso de las renovables en Puerto Rico es tan pobre, mientras que Alemania (que tiene tan poco sol) tiene una red eléctrica que funciona tan bien con la energía solar. No es la única que piensa así, hay vocales de todo el espectro político en torno al éxito que este territorio europeo ha tenido con las renovables. A cada rato salen memes en Facebook diciendo que las renovables “excedieron” el consumo de electricidad, aunque olvidándose que se refiere a la totalidad de los que consumen esa energía, no a la totalidad de los consumidores de elctricidad del país. También beben de las aguas del Leteo al no tener en cuenta otros factores que discutiremos.

Emmanuel Macron. Foto cortesía del Servicio de la Prensa del Presidente de la Federación Rusa (CC-BY 4.0)
Mientras perdura este “hype” y el gobernador desea fortalecer la red eléctrica junto a un estado alemán, el Presidente de Francia, Emmanuel Fréderic Macron, dice, “No gracias” a la implementación del Energiewende en su país. La razón de eso es bien sencilla, sus plantas nucleares proveen la mayoría (74.5 %) de la electricidad y es energía limpia que no emite bióxido de carbono. Nos dice Macron, según citado por Reuters:
No idolatro en absoluto la energía nuclear. Pero pienso que debemos escoger las batallas. Mi prioridad en Francia, Europa e internacionalmente es el bióxido de carbono y el calentamiento (global)….
[La energía] nuclear no es mala por emisiones de carbono y es la medida más libre de carbono que produce electricidad junto a las [fuentes] renovables.
De hecho, esto es correcto, Francia ha reducido las emisiones de bióxido de carbono a la atmósfera significativamente. Esta reacción de Macron es plenamente consistente de presidencias anteriores en relación con la presión de los grupos verdes europeos. Un comunicado dado a conocer por Wikileaks revela que el gobierno de Nicolás Sarkozi permitió la oposición de los verdes a los transgénicos siempre y cuando redujeran la presión política contra las plantas nucleares (véase el número 10 de dicho comunicado de España a Estados Unidos).

Comunicado de España a Estados Unidos. Imagen de J. M. Mulet.
¿Por qué se empecina Francia en defender sus fuentes nucleares y no se mueve a las renovables como ha hecho Alemania? ¿Acaso no se da cuenta de lo que ocurrió en Fukushima como algo que potencialmente podría pasar en esa nación germánica?
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El resultado del Energiewende alemán … más consumo de energía fósil y nuclear
La fantasía de que la mayoría de la energía eléctrica en Alemania proviene de la energía solar o eólica se desvanece al enfrentarnos a los números.

Generación de energía eléctrica en Alemania. Cortesía de Strom-report.de (CC-BY-ND 4.0).
Como podemos ver, tal convicción en torno a ciertas renovables es una apreciación muy superficial de la situación. Nada más con ver esta gráfica provista por las autoridades públicas sobre el estatus de la generación eléctrica en el 2016 revela que más de la mitad (52.2 %) de la energía alemana proviene de combustibles fósiles. En la lista aparece algo llamado “lignito“, este es el peor tipo de carbón que existe que combina dos aspectos fatales: es muy barato y es alto en emisión de bióxido de carbono. Veremos después por qué Alemania se ha visto obligada a utilizarlo.
Se argumentará a todo esto que de todas formas, Alemania está teniendo éxito, ya que su reducción de emisiones de gases de invernadero en Alemania de 2004 al 2010 se redujo un 10.3 % en relación con Francia (8.4 %). Sin embargo, esta apreciación no tiene en cuenta que la mayoría de la energía en Francia es limpia. Tengamos en cuenta las siguientes cifras energéticas de ese país: nuclear-74.5 %, hidroeléctrica-16.3 % y termal-9.1 %. Todo esto suma un total del 99.9 %. El restante 0.1% incluye la provisión de energía por parte de placas solares y molinos de viento. En ese contexto, el porcentaje de reducción de emisión de carbono en Francia de un 8.4 % lo convierte en un país obsesionado por salvar el planeta de verdad (¡como debería ser!)
Claramente esta no es la realidad de Alemania. La cifra de 10.3% en el caso de Alemania solo es válida hasta el 2010 y después, como pueden apreciar, los números en torno a la emisión de bióxido de carbono no son alentadores.
Año – Emisión de CO2 (Kilotoneladas)
2010 – 816,400
2011 – 779,506
2012 – 787,320
2013 – 806,144
2014 – 765,489
2015 – 786,440
2016 – 775,752
2017 – 787,950
2018 – 752,650
Nota de actualización: Las cifras han sido actualizadas a partir de las disponibles en el 2019. En otras palabras, del 2011 (año del incidente de Fukushima) al 2017 no hubo reducción significativa alguna, hubo solo una tímida reducción en el 2018, en parte porque el consumo se redujo, causado por un invierno menos frío de lo usual (véase este enlace).
No solo eso, sino que vemos un patrón como este desde que comenzaron a decomisar las plantas nucleares alemanas por presiones políticas de los grupos verdes. Como resultado, aumentó proporcionalmente el consumo de carbón.
Nota de actualización: Se ha ido reduciendo masivamente el consumo de carbón fuerte, pero apenas se ha reducido el de lignito.
Entonces, ¿qué ha hecho Alemania con las renovables? Sin lugar a dudas, desde que la canciller Ángela Merkel ha actuado por presión de los verdes, se ha continuado la política (ya establecida desde principios de los 2000) de invertir en energía solar y eólica. Por ejemplo, Alemania ha invertido 100 mil millones € (es decir, cerca de US$130 mil millones) en placas solares, lo que demuestra su agresividad en dicha medida energética. ¿Resultado? Consulten la gráfica ya provista: la energía procedente de las placas fotovoltaicas no excedió el 6% en el 2016 (véase Frondel at al., 2014). Es decir, para proveer 6 % de energía solar tuvo que invertir más de $130 mil millones. ¿Tiene esto sentido económico?
Nota de actualización: La producción energética a partir de las placas solares en el 2018 fue de un 7.2%.
Es más, ¿tiene esto sentido ambiental? Debido a que no ha podido sustituir rápidamente la energía nuclear que clausuró en favor de la energía solar, ese país no ha tenido más remedio que abrir las centrales de carbón, incluyendo las de lignito. Ahora Angela Merkel está atrapada políticamente en relación con este tema ya que ella necesita una coalición con los grupos verdes. El problema es que ellos le pidieron que cerrara las centrales nucleares y ahora le piden que cierre las de carbón. Desgraciadamente para ella, las leyes de la física no le prestan atención a los sondeos de opinión pública ni a quién saldrá favorecida en las próximas elecciones alemanas.
Ahora bien, dejando a un lado el hecho de que la fabricación masiva de placas solares es altamente tóxico y que parece que va a ser una fuente tan importante de una futura “basura electrónica” (en inglés “e-waste“) que ha alarmado a Japón, ya es un hecho que las medidas “verdes” de Merkel al respecto van a hacer que Alemania no llegue a su meta de reducción de emisión del gas de invernadero. Esto es algo ya ampliamente aceptado por la comunidad científica y “think tanks” como Agora Energiewende, Oxfam y otros. Los números no son alentadores. Uno de los autores de un estudio reciente por Agora Energiewende (Gaichen et al, 2017) ha descrito el fallo como uno espectacular.
Nur 30 Prozent statt 40 Prozent weniger CO2 ist nicht ein bisschen daneben, das wäre eine krachende Verfehlung des Klimaziels für 2020.
Un documento del gobierno alemán disponible recientemente en la Internet revela que oficiales del gobierno consideran este hecho como uno “desastroso” para la reputación de Alemania como líder en cuanto a la resolución al problema del cambio climático.

Emisiones de gases de invernadero. Imagen cortesía de Agora Energiewende (Graichen et al., 2017, p. 4).
Es más, para reducir su dependencia en carbón, especialmente del lignito, Alemania se ha visto en la necesidad a comprarle energía a Francia y a la República Checa, la energía provista es nuclear.
Para colmo, el grupo la organización Energy for Humanity radicó su informe en torno a las emisiones de bióxido de carbono basándose en las cifras disponibles por distintas agencias europeas. Entre las cosas que tiene que decir es que, en términos absolutos, Alemania fue el país europeo que más emitió bióxido de carbono. Si no fuera suficiente, hizo un vídeo en el que se puede ver muy claramente las emisiones de CO2 de Francia y Alemania (una al lado de la otra) durante el 2017. Francia, Noruega y Suecia fueron los países que menos emitieron gases de invernadero. Noruega goza de una topografía que le permite proveer casi la totalidad de la electricidad mediante plantas hidroeléctricas. Mientras tanto, Francia y Suecia descansan en la energía nuclear como su fuente primordial y la combinan con fuentes hidroeléctricas y eólicas.
Para todos los efectos, el Energiewende ha sido un rotundo fracaso … ¿y el gobernador de Puerto Rico está haciendo qué con Alemania? ¿Y quiere invertir en energía solar con Elon Musk? ¿En serio?
Nota de actualización: La compañía multinacional de consultoría McKinsey ha hecho disponible un desastroso informe en donde evidencia el fracaso de las metas autoimpuestas por Alemania en cuanto a su sector energético, aun con la reducción de 4.5% de las emisiones de bióxido de carbono de 2017 al 2018. ¿La razón? El hecho de que debido a que no hay alternativas viables para sustituir el 43% de energía provista por fuentes nucleares y de carbón, cuyas plantas Alemania se comprometió a decomisar. Además, señala la acumulación de inestabilidad de parte de las renovables como un problema serio de seguridad energética. Si no hay una aceleración de la reducción de emisiones de CO2, la meta que se propuso Alemania para el 2030, se alcanzaría el 2046. En junio del 2019, Alemania tuvo problemas serios durante 3 días que amenazaban con apagones. Las importaciones energéticas en ese periodo fueron los factores para estabilizarlo.
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La mejor sugerencia: energía nuclear modular, cuando lo pequeño es bello
En calidad de reflexión de la realidad de Puerto Rico, se publicó un artículo iluminador en el portal de Forbes.com escrito por el científico ambiental James Conca titulado “Are We Going to Help Puerto Rico Power Up?” Allí, hace un diagnóstico de la situación después de María y predice que en el mejor de los casos no va a haber restauración de la totalidad de la energía eléctrica hasta el próximo verano. Un servidor quisiera darse terapias con el Dr. Conca para conseguir tal optimismo, además de averiguar qué es lo que sea que se está tomando para tal percepción de las cosas.
Lo que se ha recalcado en el artículo y que probablemente no se ha tomado en serio, es su sugerencia de crear un sistema basado en energía nuclear modular tal como está desarrollando la empresa NuScale Power además del empleo de paneles solares y baterías de reserva. Resalta que esta sería mejor alternativa que el estado de cosas actual: los puertorriqueños consumimos energía cuyo 48 % proviene del petróleo, 30 % de gas natural y 18 % del carbón. Es decir, el 96 % de nuestra energía procede de combustibles fósiles, solo el 3 % procede de energía renovable. En cuanto al carbón se refiere, se ha levantado la voz de alarma en la prensa estadounidense ante el factor de que una porción del polvo de las cenizas de carbón en Guayama se pudo haber diseminado a raíz del huracán María.

Integral Fast Reactor
No somos ingenuos. Ante una propuesta del establecimiento de una planta nuclar, también esperamos movimientos en contra, especialmente por estar localizada en un área sísmica y sujeta a fenómenos atmosféricos como los huracanes. Sin embargo, tal perspectiva basada más en el miedo y la ignorancia que en otra cosa, pierde de vista los siguientes puntos:
- De todas las fuentes de energía que hay disponible ahora mismo, la procedente de energía nuclear es una de las más seguras, aun si tenemos en cuenta los accidentes de Chernobyl, Green Mile Island y Fukushima. Esta ha sido la conclusión a la que han llegado los estudios más competentes en torno al tema (e.g. este estudio, este y este). Sí, es más segura que la energía solar.
.Tabla de externalidades de combustibles hecha por Ecofys (Alberichi et al. 2014, p. 37). Nótese que si se suman las dos barras de externalidades de las placas fotovoltaicas, sería mayor que las de la planta nuclear. Véase también que su contribución al cambio climático, a la toxicidad humana y a los desperdicios es mayor que la de las plantas nucleares.
- Contrario a la impresión que tienen muchas personas, la energía nuclear ha salvado muchas más vidas que las que ha cobrado. Este ha sido el resultado obtenido por científicos de la NASA al respecto.

El promedio de vidas salvadas por las energía nuclear (1971-2009). Fuente: Karetcha & Hansen, 2013.
- Desde que se hizo la planta conocida como el Integral Fast Reactor (IFR), la energía nuclear es más segura que en cualquier otra época de la historia. Esta utilizó por primera vez un mecanismo de seguridad pasiva inherente a su sistema, es decir, medidas para evitar el derretimiento del combustible sin intervención humana o eléctrica alguna en caso de algún accidente. Se efectuaron varias pruebas que reproducían situaciones semejantes a las vividas en Chernobyl y Fukushima y en todos los casos pasivamente se impidió un derretimiento del combustible. El programa fue detenido por la presidencia demócrata de Bill Clinton y el Congreso lidereado por John Kerry al retirar los fondos para el IFR. Hoy día existen muchos modelos de plantas nucleares con seguridad pasiva y que han sido o están siendo puestas a prueba en distintas partes del mundo (particularmente Estados Unidos, India y China), tales como el AP1000 y TerraPower. Otros proyectos como Transatomic Power, promovido por su presidente ejecutiva Leslie Dewan, busca reciclar desperdicios nucleares utilizando sal derretida en una planta que tenga seguridad pasiva. Parecen prometedores los experimentos con energía nuclear utilizando torio.
Ahora bien, se nos propone una planta nuclear modular como la de NuScale. El diseño de los módulos se basa parcialmente en el de los reactores de presión de agua convencionales y cada uno está hecho de acero inoxidable. Lo que hace el diseño particularmente brillante es que este tipo de generación nuclear está fríamente calculado para generar electricidad maximizando las propiedades físicas del agua, la dinámica de los fluidos y la gravedad.
Cada módulo se ha colocado en un recipiente y varios de estos a su vez se encuentran en una piscina subterránea súper resistente a movimientos sísmicos y que contiene 4 millones de galones de agua. Este agua serviría para el enfriamiento en caso de cualquier falla. Como está bajo tierra, no representa ningún peligro para la superficie. En otras palabras, estamos ante una planta a prueba de desastre nuclear.
Si falla cualquier electricidad, se interrumpirá la cadena nuclear al caer automáticamente las barras de control. Después, el agua absorberá el 90% del calor proveniente del módulo. Este liberará el calor al hervirse y después de varios días (más de 30 días), por pura convección, el aire continuaría enfriando el módulo indefinidamente. Esto evita el derretimiento del combustible sin intervención humana alguna. NuScale Power llama “Triple Crown For Nuclear Plant Safety™” a esta combinación de seguridad en que para apagar la planta no necesita mano humana, ni electricidad ni agua adicional. A esto se añaden varios elementos adicionales de protección, entre ellos medidas para resistir terremotos, el impacto de algún avión o algún fenómeno ambiental como un huracán.
Cada módulo tiene la capacidad de proveer electricidad a 40 mil casas. Como cada planta usa un grupo de módulos, una que contenga cerca de 12 módulos puede proveer electricidad a 480,000 hogares. Para recargar la planta de combustible no hace falta apagarla. Toda esta estrategia hace de esta inversión un modelo rentable.
La razón de por qué se recomienda NuScale es porque es el único nuevo diseño modular cuyo informe de detalles de la planta ha sido aprobado para revisión por la Comisión Reguladora Nuclear de Estados Unidos. Esto se ha tomado en la industria como una señal positiva, ya que el informe tiene todos los detalles completos del funcionamiento de un reactor NuScale, especialmente en lo que concierne a seguridad. Además, ya se han hecho pruebas de seguridad exitosas. La empresa ya tiene planificada la construcción de una planta en Idaho. Se espera que sea el primer reactor modular aprobado por el gobierno federal.
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Conclusión
El meramente sugerir el uso de alguna planta nuclear, aunque sea tan segura como el IFR o lo que proyecta NuScale Power puede ser fuente de muchas protestas en el país. Sin embargo, de lo que estamos hablando es de lo que la evidencia científica nos presenta por el momento. ¿Qué nos dice la eviencia? Por el momento, todo indica de que una propuesta para un país como Puerto Rico, el basar su energía eléctrica exclusivamente en fuentes eólica y solar es pura fantasía. Estas medidas tienen su lugar en una red eléctrica, sin embargo, ambas sufren de intermitencia. Esto quiere decir que necesitan respaldo de alguna otra fuente de energía más estable y que suele ser un combustible fósil (hoy día el preferido es el gas natural). Sin embargo, lo que debe quedar claro es que a estas alturas, la energía nuclear junto a otras (como geotermal o hidroeléctrica) deben jugar un papel medular si queremos reducir las emisiones de bióxido de carbono a la atmósfera y los problemas de desperdicio que nos aquejan actualmente (como el de las cenizas del carbón).
Mirando hacia países que han hecho política pública con base en una utopía irreal “verde” no solo es una pérdida de tiempo, sino también de recursos y un peligro para el medio ambiente. Alemania es hoy día un ejemplo de ello. ¿Por qué queremos seguir la línea de Alemania y no el sendero de Francia? Lo menos que Puerto Rico necesita ahora es un Energiewende. Este no es momento de “jugar a la política”.
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Referencias
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Rashad, S. M. & Hammad, F. H. (2000). Nuclear power and the environment: comparative assessment of environmental and health impacts of electricity-generating systems. Applied Energy, 65, 1-4, 211-229. doi: 10.1016/S0306-2619(99)00069-0.
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