La consecuencia nefasta del accidente de Fukushima (no es lo que la gente piensa)

Planta nuclear de Fukushima Daichi, Japón.

Planta nuclear de Fukushima Daichi, Japón.

Lo acontecido

El día 11 de marzo de 2011 ocurrió un maremoto en Japón como resultado del terremoto Tohoku a las 14:46 JST o 05:46 UTC. Este acontecimiento interrumpió el proceso de fisión nuclear de la planta de energía de Fukushima Daichi, lo que hizo que se activaran medidas de seguridad, específicamente los generadores eléctricos de resguardo.  Sin embargo, el maremoto inundó algunos de ellos mal colocados en el edificio. Como resultado, hubo tres derretimientos de combustible nuclear y la liberación de material radiactivo proveniente de las unidades 1, 2 y 3 de la planta. Las autoridades intentaron apagar el fuego de la planta, por lo que bastante de estos isótopos cayeron al mar. Para todos los efectos, después del incidente de Chernobyl en 1986, este derretimiento se encuentra entre los peores desastres nucleares de la historia.

Esto tuvo consecuencias a nivel ecológico, ya que los ecosistemas marinos fueron afectados con la radiación, lo que perjudicó la industria de la pesca japonesa. En tierra, hubo una reducción considerable de la fauna del lugar. Lidiar con toda la situación le ha costado a los japoneses cerca de US$100 mil millones. Todo el proceso de limpieza, decomisión, etc., asciende a la cifra de US$187 mil millones. Aunque el asunto se ha controlado bastante bien y con medidas bastante costosas, a estas alturas Japón todavía no ha salido de la situación debido a que pueden haber potenciales fallas estructurales que podrían agravar la situación.

En este blog abogamos por ecomodernismo y, como tal, adoptamos la posición a favor de la energía nuclear como fuente de energía. Sin embargo, esto no impide reconocer los enormes problemas que representa el accidente de Chernobyl y los problemas que emergieron debido a la explosión de Fukushima. Estas situaciones se tienen que tomar en consideración a la hora de deliberar sobre la adopción de la energía nuclear como fuente de electricidad para toda una población. Después de todo, a pesar de que nadie murió de envenenamiento por radiación en Fukushima, sí muchos perdieron sus hogares, empleos, sus logros y en ocasiones toda una vida.

Desde esta perspectiva, se entiende perfectamente bien por qué la población japonesa es extremadamente reacia a mantener y crear plantas nucleares en su territorio.

… y empiezan las leyendas urbanas

Una cosa es esto y la otra es toda la sarta de leyendas urbanas que se han forjado desde entonces hasta el día de hoy en torno a dicho desastre.

Una de ellas tiene que ver con la siguiente imagen:

Traducción del twit:

La [flor] de la derecha creció y se dividió en 2 tallos y cada uno con 2 flores conectadas entre sí, teniendo una serie de 4 flores conectadas. A la izquierda, una tiene 4 tallos que crecieron vinculados entre sí y tiene una flor z en forma de anillo. La dosis atmosférica es de 0.5 μSv/h a 1m sobre tierra.”

Inmediatamente, el público le atribuyó este fenómeno a Fukushima. En el portal desmitificador, Snopes.com, se escribió un artículo señalando que, aunque no se puede descartar que haya sido efecto de la radiación, este tipo de fenómenos es bien común en las margaritas.

En otros casos, la gente sigue utilizando esta imagen de la National Oceanic Atmospheric Administration (NOAA) como evidencia de lo mucho que se ha expandido la radiación de Fukushima en el Océano Pacífico.

Mapa del maremoto del 11 de marzo de 2011.

No obstante ello, esta imagen lo que muestra es las corrientes provocadas por el maremoto que afectó al Japón, no la diseminación de material radiactivo en el Océano Pacífico.

También se ha usado la siguiente imagen para sembrarle miedo al público, a pesar de que desconocemos de dónde procede:

fukushima_radiation_nuclear_fallout_map

La famosa activista, Helen Caldicott, le encanta usar esta imagen, no importa cuántas veces se ha intentado corregirle al respecto. Este mapa también falsea información, debido a no tiene en cuenta en lo absoluto el patrón de los vientos ni de circulación de las aguas del Pacífico. Además, las cifras mencionadas de días y concentración de la radiación son sacadas de la manga y nunca ocurrió. Esta ilustración está hábilmente diseñada para atemorizar al público. Para más detalles, vean la opinión de un científico experto en este tema:

Nota personal: Si quieren más vídeos como este, pueden ir al portal de Thunderf00t en Patreon.com y contribuir a su causa.

Otros de los miedos que intentan infundir al público es a partir de casos reales. Por ejemplo, el caso de peces que aparecieron muertos en Alaska, que se ha intentado vincular al desastre de Fukushima para alarmar el público.

Alex Jones, de Info Wars

Alex Jones, de Info Wars. Evidentemente, una de las voces más racionales de la radio… o al menos eso dicen sus seguidores.

No podía faltar el gran talento de NaturalNews para fomentar la histeria en cuanto al tema. Info Wars de Alex Jones no se quedó atrás. El gran David “Aguacate” Wolfe (¿lo conocen? … ¿el que dice que la fuerza gravitacional es una toxina y que la Tierra es plana? ¡Ese mismo!) resaltaba el hecho de que se encontraron salmones con tumores, ignorando el hecho de que los salmones, como los humanos, pueden padecer también del mal del cáncer por razones fortuitas.

Sin embargo, los científicos saben mejor que esto. La razón por la que no ligan inmediatamente este fenómeno a Fukushima es evidente, aunque no para el público promedio. Por razones que explicaremos en la próxima sección, el nivel de radiación de Fukushima en las aguas del Pacífico son tan insignificantes que no explican dichas muertes. De hecho, las agencias concernientes, entre ellas la Food & Drug Administration (FDA), no han encontrado rastro alguno de contaminación de radiación en los peces en Alaska (véase el informe completo de la FDA al respecto). El mismo fenómeno se ha dado en el caso de los leones marinos y las aves marinas.

Lo que sí parece explicarla es que la temperatura del océano ha aumentado considerablemente debido a la absorción del calor producido por el calentamiento global. Esto se ha reportado una, otraotra, otraotra vez por la prensa y confirmado oficialmente este año (2017) por la Watershed Watch Salmon Society. Además, a veces ni se tiene en cuenta de que en años recientes, el salmón ha sido víctima de infecciones y parásitos.

El asunto es uno más complicado todavía para los que piensan que las muertes masivas de salmón se deben a Fukushima. Este fenómeno se ha estado reportando desde mucho antes del incidente nuclear, desde 1970 y, a nivel mundial, no solo en el Pacífico. También se ha reportado en el Mar del Norte, en el Báltico y en otros lugares.

¿Por qué no debemos preocuparnos tanto por Fukushima?

Ahora bien, hay sitios en Internet que le mantienen consciente de que el material radiactivo ya ha contaminado una tercera parte de las aguas de los océanos a nivel mundial. Esta noticia se da a la luz de la realidad de que dichas sustancias siguen saliendo de la planta y llegando hasta el Pacífico hoy día.

Fuera de los factores reales de potenciales nuevos incidentes en Fukushima si el asunto no se trata adecuadamente, no deberíamos preocuparnos tanto al respecto.  Sí, Fukushima ha contaminado el aire y las aguas con su material radiactivo y ha sido un desastre ecológico, pero no uno que no sea subsanable. Sí, el material liberado es altamente radiactivo, sin lugar a dudas. Eso es mala noticia, pero a su vez buena noticia. Mientras más radiactivo sea un isótopo, menor es su vida media.

Decaimiento alfa

Decaimiento alfa, un isótopo inestable emite una partícula alfa (el núcleo atómico de helio).

¿Qué es la vida media? Eso lo explicamos en un artículo hace algún tiempo. A manera de repaso, la vida media de un material radiactivo es el tiempo que este toma en que decaiga la mitad de los isótopos de ese elemento en una sustancia no radiactiva. Es decir, si tengo 1 gramo de un isótopo X y su vida media es de 1,000 años, eso significa que dentro de mil años, la mitad de se gramo habrá decaído y la otra se mantendría radiactiva. Dentro de 2,000 años, solo un cuarto del gramo original continuará radiactivo, dentro de 3,000 años, un octavo continuará radiactivo y así sucesivamente hasta que toda la sustancia haya decaído por completo. Esto se debe a que el núcleo de los átomos, compuestos por protones y neutrones, se mantiene sujeto por la fuerza nuclear fuerte. Sin embargo, debido a otro factor, la fuerza nuclear débil, el núcleo atómico decae si es inestable.

¿Cuáles fueron los isótopos liberados por la planta de Fukushima, cuál es su correspondiente vida media, y la cantidad liberada? Cifras del 2012:

  • Cesio-134: 2.0652 años (vida media) / 1×1016 Bq (al aire) / 3.5×1015 Bq (al agua)
  • Cesio-137: 30.05 años / 1×1016 Bq / 3.6×1015 Bq
  • Yodo-131: 8.0197 días / 5×1017 Bq / 1.1×1016 Bq

Fuente: Tokyo Electric Power Company (TEPCO)

La inmensa mayoría del material liberado en Fukushima fue yodo-131 y cesio-134 cuyas vidas medias muy cortas y a estas alturas (seis años después) sus cantidades de radiación son insignificantes. Los isótopos más persistentes son los de cesio-134, cuyas cantidades se deben haber diluido significativamente en el agua.

Debido a ello, todas las autoridades científicas de prestigio han señalado que nadie en Estados Unidos debe preocuparse en absoluto al respecto, ya que el daño ecológico que representó el incidente de Fukushima es muy limitado hasta el punto de que su efecto sobre la mayoría de la vida marina en el Pacífico, los demás océanos, sus ecosistemas y el ser humano es insignificante.

Si esto es así, ¿entonces por qué tanto alarmismo por los llamados “medios alternativos”? Esa es una muy buena pregunta. Tal vez porque en el caso de algunos de ellos, el temor les sirve para vender cosas de sus tienditas. Por ejemplo, Natural News vende pastillas de yodo contra la radiación, e Info Wars vende lo suyo también. No olvidemos que, contrario a lo que estos individuos insinúan, ellos se han hecho millonarios a expensas de la salud mental y de ánimo de sus lectores y oyentes.

Entonces, ¿cuál es la consecuencia más seria del incidente de Fukushima?

El peor efecto de Fukushima no es físico, sino más bien social. Hemos visto miles de veces las imágenes del maremoto de Fukushima y el desastre que eso implicó, pero mezclados con la información de la explosión de la planta de Fukushima. Hemos escuchado que en ese lugar cerca de 15,000 personas murieron. Como resultado, muchos piensan que ese perjuicio se debió a la radiación. Sin embargo, cuando buscamos la información, los desafortunados murieron debido al terremoto, al maremoto y a las estampidas de personas. Ninguno murió por radiación. Es más, el nivel de radiación recibido por la población no supera el que usted obtendría al someterse a unos rayos-X para un laboratorio.

Sin embargo, el ser humano es malísimo estadístico y se deja impresionar por las imágenes que encuentra en los medios: los salmones con tumores, los salmones muertos, las margaritas deformes, Fukushima abandonado, la nube de hongo de una bomba nuclear (nunca hubo dicha nube en Fukushima, pero la gente se lo imagina) … Esto influencia la manera en que razonamos y calculamos “estadísticamente” en nuestra mente, es una logística más basada en el miedo que en números.

Somos malísimos estadísticos por dejarnos llevar mucho por nuestra falible intuición. Yo les pregunto a ustedes: ¿cuál empleo es más riesgoso: el de taxista o el de reparador de techos? La respuesta es: el de taxista. ¿Por qué? Porque mueren más personas por accidentes de tránsito (35,092, el año 2015) que cayéndose de los tejados (37 promedio del 1992 a 1998). Sin embargo, no es usual para nosotros treparnos en los techos para reparar algo, pero sí estamos acostumbrados a conducir todos los días, frecuentemente con la familia entera, no importa cuáles sean las estadísticas de muertes. A la persona promedio nunca se le ocurre decir: “No conduciré nunca, porque el periódico dice que ayer alguien murió por accidente de tránsito.”

Lo mismo ocurre  con asuntos más complejos como los de la búqueda de una fuente de energía de la que se pueda depender y reducir el gravísimo problema del cambio climático. Se ha querido fomentar la energía renovable, especialmente la energía solar y del viento, como resolución al problema … y…

… pues …

… aquí me voy a detener un momento y para colocar el vídeo de dos de los grandes ideólogos ambientalistas bien reconocidos para que sean ellos los que les hablen a ustedes sobre la energía nuclear. Primero el Dr. James Lovelock, formulador de la teoría de Gaia:

Y el Dr. James Hansen (famoso por haber sido arrestado numerosas veces por desobediencia civil contra las grandes empresas de combustibles fósiles):

Ambos son científicos de muy buena reputación, de muy buenas credenciales en varios grupos ambientalistas y de izquierda. Ambos son luchadores contra el cambio climático pero, contrario a los demás verdes, reconocen las limitaciones inherentes de muchas de las alternativas renovables como la energía eólica y la solar.

El problema de ambos es básicamente el mantenimiento y la intermitencia. No siempre hay viento y no siempre hay sol disponible, lo que requiere a su vez un respaldo con algún combustible (usualmente una fuente de energía fósil). La energía nuclear es necesaria si queremos abandonar los combustibles fósiles, mientras que queremos tener disponible energía para el futuro, eliminar la miseria y pobreza y reducir considerablemente las emisiones de gases de invernadero que provocan el cambio climático.

¿Cuán segura es la energía nuclear? Recordemos que la noción de “seguridad” no es una absoluta, sino relativa: en ciencias usualmente se evalúa diciendo “X es más seguro que Y“. Como hemos visto, la energía nuclear no es absolutamente segura, pero sí es la más segura de todas las alternativas de fuente de energía. ¿Cuántas plantas nucleares hay en el mundo? Cerca de 450. ¿Cuántas han fallado? Tres: Green Mile Island, Chernobyl y Fukushima. En el caso de Green Mile Island, nadie murió y no hubo exposición letal de radiación. Es más, contrario a los otros dos casos, esa planta de los Estados Unidos no causó ninguna crisis. En el caso de Chernobyl, hay cerca de 4,000 enfermos por ello y cerca de 60 muertes asociadas a ese incidente de 1986. Nadie murió por la radiación de Fukushima.

¿Qué hay de las demás fuentes energéticas? Cuando se les compara con las plantas nucleares, no les llegan ni a los talones. En un ánalisis hecho por James Conca, en la revista Forbes, utilizando fuentes científicas, se pudo hacer una tabla del riesgo de muertes que representan las diversas fuentes energéticas. La energía nuclear salió como la más segura de todas las fuentes mencionadas: carbón, petróleo, gas, potencia hidroeléctrica, geotermal, solar y viento. Esta apreciación la han tenido desde hace tiempo los científicos de la NASA. Esto parecería inverosímil, pero como malos estadísticos que somos, nos dejamos guiar por nuestra intuición e imágenes en los medios de comunicación …  no por la evidencia.

Solo cuando vemos las estadísticas objetivas vemos cuán injustos somos con la energía nuclear. Por ejemplo, muchos ecologistas no dejan de recomendar el uso de energía hidroeléctrica, muy a pesar de una falla que tuvo este modelo en Italia en 1963, acontecimiento que cobró la vida de 1,917 personas. En 1975, la represa china Banqiao falló hasta el punto de que murieron cerca de 171,000 personas y desplazó a unas 11 millones. Sin embargo, no hemos visto campaña alguna tan agresiva como la que se ha desatado contra la energía nuclear. La biomasa ha representado también un problema de salud bastante grande y ha causado muchas muertes. Cerca de 53,000 muertes ocurren cada año por las emisiones de los vehículos, pero no vemos marchas contra los vehículos en general. La creación de placas solares ha sido objeto de protestas en China por la contaminación ambiental causada por su fabricación. Otras personas más han muerto o se han perjudicado por instalarlas en sus hogares (Stericycle, 2015, p. 4).

En Estados Unidos, la energía con base en carbón ha sido el responsable del fallecimiento de cerca de 7,500 personas al año (estadísticas del 2014): esto se debe en gran medida por accidentes de minería, exposición a partículas tóxicas y radiación. Si las plantas nucleares tuvieran esa clase de récord, probablemente las hubieran cerrado a nivel mundial hace tiempo. Si combinamos todos las fuentes fósiles, todas ellas matan a más personas que los accidentes de tráfico, las guerras y los asesinatos combinados. Es más, con base en estas estadísticas se puede saber cuántas vidas ha salvado la energía nuclear en relación con las que se hubieran perdido con energía de combustibles fósiles. El mismo James Hansen ha hecho los estudios (Kharetcha & Hansen, 2013).

El promedio de vidas salvadas por las energía nuclear (1971-2009)

El promedio de vidas salvadas por las energía nuclear (1971-2009). Fuente: Karetcha & Hansen, 2013.

Aun con todo esto, ¿no sería mejor sostener toda la energía eléctrica con energía eólica y solar? Aparentemente no (por el momento). Las políticas energéticas de Alemania lo demuestran prístinamente.

Una de las más graves consecuencias del accidente de Fukushima fue que propició las condiciones sociales para la mayor oposición a la energía nuclear por parte de las organizaciones y partidos verdes a nivel mundial. En Francia, hubo mayor presión para cerrarlas, pero gracias a los cables de WikiLeaks, sabemos que su gobierno llegó a un acuerdo con los verdes: el gobierno permitiría la oposición de los verdes a los transgénicos todo lo que quisieran, siempre y cuando redujeran la presión política contra las plantas nucleares (véase el número 10 de dicho comunicado de España a Estados Unidos).

Comunicado de España a Estados Unidos

Comunicado de España a Estados Unidos.

Sin embargo, Alemania no hizo similar acuerdo. Por presiones políticas de los verdes, tras el incidente de Fukushima, finalmente se llegó a la decisión de cerrar todas las plantas nucleares de ese país y sustituirlas por energía renovable. Por ahora, este tipo de programa ha probado ser un fracaso. El comienzo del cierre de dichas plantas hicieron que se abrieran nuevas fuentes de energía con base en carbón. Y sí, a pesar de ello, Alemania ha reducido sus emisiones de carbono a medida que ha fomentado la energía renovable, pero muy ligeramente. La inversión en fotovoltaicos ha sido cerca de unos $130 mil millones y hoy día estos generan solo el 5 % de la electricidad alemana (¡¿$130 mil millones ≈ 5 % de electricidad?!). Las mismas fuentes oficiales del gobierno le han señalado al primer ministro alemán en el 2014 que era un grave error cerrar las nucleares mientras que simultáneamente se fomentaban las renovables (ver la carta oficial). Como resultado, Alemania no va a cumplir con su objetivo de reducción de emisiones de bióxido de carbono para el año 2020.

Planes de alcanzar su objetivo de emisiones de gas de invernadero

Planes de alcanzar su objetivo de emisiones de gas de invernadero. Nótese que desde el 2011 para el 2016 la diferencia de emisiones no ha sido lo suficiente para llegar a su meta.

Aun con este escenario, para poder cumplir con esta reducción, Alemania se ha visto en la necesidad de importar energía eléctrica de fuentes nucleares de Francia y la República Checa.

A nivel mundial, ninguna de las dos alternativas renovables (eólica y solar) está remotamente disponible para sustituir el total de energía que consumen los seres humanos, fenómeno que irá incrementando a medida que pasen los años y la población mundial salga de la pobreza (véase este artículo y su segunda parte). Al contrario, parece ser que los países que descansan más en la alternativa nuclear y las plantas hidroelécricas parecen ser más limpias que las que descansan en energía eólica y solar, ya que necesitan la asistencia de combustibles fósiles.

¿Y si todos los datos científicos de Fukushima son resultado de una gran conspiración?

Aunque parezca increíble, hay gente a la que se le pueden lanzar todos los datos del universo que confirman que lo que hemos señalado de Fukushima, pero no falta el que postule una teoría conspiratoria al respecto.

Pues, sería en ese caso una conspiración bien interesante. Tendría que incluir a literalmente toda la gente alrededor del mundo que recoja muestras y analice las aguas para medir el nivel de isótopos provenientes de Fukushima. Sí, incluyo aquí a todo el mundo, ya que hay “científicos ciudadanos” que recogen muestras para velar que lo predicho por las instituciones de reputación se puedan poner a prueba de acuerdo con los datos obtenidos …  ¡Y usted … sí USTED … puede participar!  Así de “cerrada” es “la conspiración”. Existe un programa con base en voluntarios que recoge muestras para que los científicos la analicen en sus laboratorios.  Visite el portal Our Radioactive Ocean para más detalles.

Conclusión general

El desastre de Fukushima en el 2011 fue sin lugar a dudas un desastre ecológico y cambió la vida de muchos japoneses para siempre. A pesar de ello, es un evento desafortunado cuyas consecuencias negativas se irán reduciendo paulatinamente a medida que pasen los años. Sin embargo, el desastre más grande producto de ese incidente es nuestra reacción a este. En una época de emergencia, en que necesitamos con urgencia reducir las emisiones de gases de invernadero, por puro miedo y sin hacer el análisis de riesgos, hemos promovido políticas públicas que descartan la fuente de energía más segura y limpia.

No es que no usemos otras fuentes de energía. Necesitamos en general las fuentes renovables, incluyendo la energía eólica y la solar, las fuentes hidroeléctricas y la termal. Sin embargo, sin la energía nuclear, no llegaremos a reducir lo suficiente para evitar las serias consecuencias del calentamiento global. Debido a la explosión de la planta de Fukushima, prevalece una confusión en relación con el tema de la energía nuclear.

Ya es hora de mirar fríamente este tema, en vez de compartir en las redes sociales cuanto alegato se ha querido diseminar para difundir miedo.

Actualización (9 de mayo 2017): La cifra que originalmente usé de 30,000 al año de muertos por la quema de carbón se basaba en un informe del 2000 del Clean Air Task Force. Sin embargo, de acuerdo con su último informe, el número de muertos se ha reducido considerablemente a  7,500 al año. Por ende, atemperé la cifra del artículo a los últimos hallazgos.

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Muchas gracias.

Referencias

Brumfiel, G. (23 de mayo de 2012). World Health Organization weighs in on Fukushima. Nature Newsblog.  http://blogs.nature.com/news/2012/05/world-health-organization-weighs-in-on-fukushima.html.

Brumfiel, G. (24 de mayo de 2012). Fukushima’s doses tallied. Nature, 485, 7399, 423–424. doi: 10.1038/485423a.

Frondel, M., Schmidt, C. M., & Vance, C. (2014). Revisiting Germany’s solar cell promotion: an unfolding disaster. Economic Analysis and Policy 44, 1, 3-13. doi: 10.4419/86788407.

Kharecha, P.A., & Hansen, J. E. (2013). Prevented mortality and greenhouse gas emissions from historical and projected nuclear power. Environmental Science & Technology, 47, 4889-4895, doi: 10.1021/es3051197.

Laubera, V., & Jacobssonb, S. (marzo de 2016). The politics and economics of constructing, contesting and restricting socio-political space for renewables – The German Renewable Energy Act. Environmental Innovation and Societal Transitions, 18, 147–163. doi: 10.1016/j.eist.2015.06.005.

Markandya, A., & Wilkinson, P. (15 de septiembre de 2007). Electricity generation and health. The Lancet, 370, 9591, 979–990. doi: 10.1016/S0140-6736(07)61253-7.

Tremblay, J-F. (2011). Protests flare at Chinese solar plant. Chemical & Engineering News, 89, 39, 8. doi:  10.1021/cen-v089n039.p008.

Stericycle.(2015). Q2 2015: Recall index — Are health-conscious consumers tipping the recall scales? Retrieved from: http://www.stericycleexpertsolutions.com/wp-content/uploads/2015/08/Stericycle-Recall-Index-US-Q2-2015.pdf.

Zhang, J., & Smith, K. R. (junio de 2007). Household air pollution from coal and biomass fuels in China: measurements, health impacts, and interventions. Environmental Health Perspectives, 115, 6, 848–855. doi: 10.1289/ehp.9479.

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