En las redes sociales se hace prácticamente imposible un diálogo en torno al tema del zika. En gran medida están llenas de teorías conspiratorias en torno al “genocidio” cometido por el gobierno estadounidense contra los puertorriqueños. Se mencionan el caso de Cornellius Rhoads, la experimentación con el agente naranja, los proyectos Coquí I y Coquí II (con el propósito de influenciar el medio ambiente), la experimentación con transgénicos, etc.
Desgraciadamente, solo uno de estos experimentos contaría como un genuino genocidio, las experimentaciones llevadas a cabo por Rhoads.
La experimentación con agente naranja se llevó a cabo en un área de El Yunque durante los años cincuenta y sesenta y no tuvo mucho impacto en la población puertorriqueña. Sí, contaminó ese área de El Yunque, pero lejos de la población.
En cuanto a los proyectos de Estados Unidos para alterar el medio ambiente, ¿son realmente experimentos genocidas? El Dr. Andrew Álvarez nos dice en su programa de radio “En la Otra Realidad” (5 de agosto del 2016) que la existencia de estos proyectos puede ser la explicación de por qué no hemos sido víctimas de huracanes por años. Si ese es el caso (y tengo serias dudas al respecto), el panorama sería el opuesto: Estados Unidos estaría previniendo que nosotros seamos víctimas de las condiciones del tiempo.
Hubo un experimento de control poblacional por el gobierno federal que, aunque no era propiamente un genocidio, sí se hizo sin el conocimiento ni el consentimiento de las puertorriqueñas: la experimentación con contraceptivos.
Los experimentos con aspartame son realmente risibles, dado que sin lugar a dudas es una sustancia inofensiva para la salud humana, muy a pesar de todas las leyendas urbanas que alegan lo contrario (ver este estudio al respecto, este, este y este).
Otros experimentos como el del chaff llevados a cabo en Vieques mientras estaba presente la Marina de Guerra de los Estados Unidos tuvo muy poco impacto en los puertorriqueños.
En cuanto a los experimentos con transgénicos, hasta donde sé, ninguno de los que los denuncia ha llevado a cabo el mínimo estudio (¡ni tan siquiera UNO!) que demuestre su daño a la población puertorriqueña. Y dado el excelentísimo récord de estos cultivos en relación con el medio ambiente y la salud de los animales y la humana, no veo exactamente cómo esto contituiría genocidio.
En resumen, si Estados Unidos hubiera programado algún tipo de “genocidio”, hace tiempo lo hubiera llevado a cabo.
Estas serían las conclusiones de cualquier persona sensata que se detuviera a reflexionar un poco escépticamente ante los alegatos en línea.
El argumento de que Estados Unidos quiere exterminarnos porque lleva a cabo experimentos aquí en Puerto Rico no me convence: la razón para ello es que hoy día se llevan a cabo MILES de experimentos financiados con fondos federales y la inmensa mayoría de ellos son totalmente benignos: mejoras de la tecnología presente, la nanotecnología, la biotecnología, la medicina, etc.
Quiero indicar que nada de esto reduce en lo mínimo el carácter antiético e inhumano de nuestra condición colonial, nuestra relación de subordinación con los Estados Unidos. Sin embargo, sí indica que aun en la desgracia de estas condiciones, no todo tiene que ser una conspiración del gobierno federal para exterminar a puertorriqueños.
Sin embargo, totalmente ignorando el hecho muy bien conocido por todos que Estados Unidos lleva a cabo experimentos en todo el mundo y no solo en Puerto Rico, se levanta el ámbito de histeria por muchos reaccionarios que solo viven en un mundo caracterizado por la conspiranoia. Como casi siempre ocurre, hasta se cayó en la Ley de Godwin en un momento dado. Creo que esta entrada del blog Ahora la turba lo describe todo a la perfección. Aun hay voces en la izquierda política que denuncian esta actitud totalmente irracional, especialmente cuando se descubrió que se fumigaría con naled en Florida. Como dije en mi entrada en Facebook, como independentista comparto cada palabra de esta entrada de Francisco J. Concepción en el blog El Post Antillano.
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Las verdaderas intenciones del CDC

Centers for Disease Control and Prevention (CDC)
Una de las características del gobierno federal y el local en torno a todo el asunto del zika es que han manejado toda la comunicación (o falta de ella) con los pies. Tengo la impresión de que el CDC se comportó de la manera que lo hizo por varias razones:
- Una vez los casos de zika se empezaron a registrar en Puerto Rico, el CDC tenía un temor genuino de que llegara a suelo estadounidense continental. Esta es una opinión que comparto y que fue presentada por el Dr. Cabanillas.
. - Tenían un problema de fondos serio debido a un problema político partidista a nivel federal.
. - La mentalidad de los miembros del CDC era científico, no político. El CDC subestimó el malestar del pueblo en una época de claro temor y tensión social debido a la depresión económica y la asignación de una Junta de Control Fiscal federal. Por otro lado, el CDC quería actuar rápidamente, preparar todo para cuando el gobernador oficialmente favoreciera la fumigación … algo que les rebotó políticamente, ya que se intepretó como presión política.
Estos tres factores mezclados con la clara incompetencia del gobierno local, llevaron a una mala decisión de acción colectiva y la fumigación, un suceso políticamente inviable.
Sin embargo, a medida que ha salido información sobre las actividades del CDC vemos más claramente por qué deseaba la fumigación con naled. En su portal, el CDC nos dejó información sobre varios experimentos que ha llevado a cabo en Puerto Rico en relación con la fumigación. Aunque muchos, incluyendo periodistas…

Pixelamos el nombre y la imagen de la periodista que hizo esta entrada en Facebook. Esta es la viva definición de una falsa confirmación.
… creyeron que se había fumigado el naled sin que nadie lo supiera, en realidad el CDC nos revela que las experimentaciones fueron en laboratorio. El experimento era bien sencillo, someter a mosquitos obtenidos de distintas partes de Puerto Rico a distintos pesticidas y ver a cuál de ellos no eran resistentes. Como se puede ver muy claramente en su exposición, el factor constante que salió a la luz en los experimentos es que los mosquitos de todos los pueblos examinados no habían resistido al naled.
De allí el CDC forjó un plan de fumigación en el que se utilizaría el naled y el Bti, el primero para fumigar a los mosquitos adultos y el segundo como larvicida. Como vimos en otro artículo, el naled no es peligroso para los seres humanos en las concentraciones que se pensaba asperjar (una onza por acre), aunque sí podría implicar otros problemas a la larga como la degradación en diclorvos, problemas respiratorios para algunas personas, entre otros. Sin embargo, todo el ruido y activismo sumado al mensaje mixto que enviaba el gobierno de Puerto Rico y su retraso en asentir a la fumigación, frustró cualquier plan del CDC para ello. Contrario a lo que alegaban los activistas, la fumigación con naled no iba a tener un impacto significativo en la agricultura ni a las abejas, dado aque ambos se dan en áreas rurales y el plan original era fumigar en áreas urbanas. Esto también terminó con cualquier expectativa de fumigar con Bti, ya que, según el CDC, no funciona para asperjar desde un avión.
Hace poco nos enteramos que van a fumigar con naled en Miami, Florida. Esto ya pone entre signos de interrogación toda la campaña de terror que suponía como premisa que esto era un experimento “genocida” o de “control de población” por parte del gobierno estadounidense. Los investigadores genuinos puertorriqueños presentaron preocupaciones con el naled y veremos si la fumigación en Florida sustancian sus interrogantes. Veremos si es verdad que esta fumigación tendrá el resultado esperado por el CDC. Como siempre, debemos atener nuestros juicios a los resultados de estas actividades.
Mientras tanto, el gobernador le puso punto final a todo el debate de la fumigación con naled o Bti. No hay plan gubernamental para lidiar con este problema, mientras que aparecen más casos de zika y siguen muriendo personas por ello.
Ahora bien, por más que el Comisionado Residente, Pedro Pierluisi, quiera que se utilice el mosquito transgénico para aliviar el problema del zika, no se va a dar. En una “gritocracia” como la nuestra, muchos de los que se opusieron al naled y al Bti, con excepción de los genuinos profesionales, también se van a oponer al mosquito trasngénico, no importa si se ha mostrado su seguridad y efectividad una y otra vez. Tampoco importa si la Organización Mundial de la Salud (OMS) está a favor de su uso, o que no contamina el ambiente, ni resulta en perjuicio humano ni a ninguna otra planta o animal que no sea el Aedes aegypti. Para ellos, lo único que importa es que el mosquito de Oxitec sea transgénico para descartarlo. Aparentemente, para ellos la vida de la gente vale poco en relación con el uso de algo efectivo, pero que ofende su concepción estética de la naturaleza.
Solamente en el futuro sabremos si también se opondrán a las vacunas contra el zika.