Esta noticia ha estado circulando por las redes sociales demasiado tiempo para que sea ignorado.
Una vez se desató la epidemia del zika en Brasil, aparecieron varias leyendas urbanas, entre ellas la que aquí podemos apreciar (o despreciar). De hecho, intenté corregir a un seguidor mío en Facebook al respecto y lo que hizo la persona en cuestión fue eliminar su entrada original con mis correcciones y volvió a postearlo en su muro. Como no me gusta “trolear”, lo dejé tranquilo.
Sin embargo, el alegato es un solemne disparate, no solo desde el punto de vista histórico, sino que también revela el más profundo desconocimiento de cómo funcionan las patentes.
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¿Qué son patentes y cómo funcionan?
Las patentes son un área considerada legalmente en el gobierno federal como “propiedad intelectual”, término que rehúso usar porque se presta a confusión (véase también los comentarios del hacker Richard M. Stallman sobre el tema).
Una patente se define como un monopolio absoluto creado por un gobierno mediante la restricción artificial del uso de una idea implementable a nivel tecnológico.
En Estados Unidos y en Puerto Rico, las disposiciones en relación con las patentes brotan de una de las facultades del Congreso de Estados Unidos para otorgar patentes con el objetivo de fomentar las artes y las ciencias. Contrario a lo que usualmente se alega, no se conceden patentes como un “derecho de un inventor”, sino como un mecanismo para fomentar las artes y las ciencias.
The Congress shall have Power To…promote the Progress of Science and useful Arts, by securing for limited Times to Authors and Inventors the exclusive Right to their respective Writings and Discoveries…. (Constitución de Estados Unidos, Art. I, Secc.8, Cl. 8)
En la medida que estimula la inversión y la invención para beneficio de la humanidad, el Congreso puede mantener y legislar en torno a cuan abarcador es el sistema y cuánto es el periodo de duración.
He aquí los requisitos que en teoría debería cumplir una idea para que sea patentable:
- No puede patentarse cualquier idea, sino solo aquellas cuya implementación tecnológica es posible.
- Tiene que ser una idea innovadora, no debe haber sido usada anteriormente en la cotidianidad tecnológica (“prior art“).
- Tiene que involucrar un proceso cuya innovación sea “no obvia”, es decir, no debe ser un proceso fácilmente derivable de “prior art“.
El proceso para obtener una patente es sencillo, pero no es fácil. Una vez tiene una idea, usted radica una forma a la Oficina de Patentes y Marcas Comerciales de los Estados Unidos, donde se examina para ver si cumple con los requisitos. Si todo marcha bien, entonces dicha instancia gubernamental le otorga una patente sobre la idea en cuestión. Suena todo fácil, pero no lo es. En muchos casos, el proceso está mediado por legalismos y asuntos técnicos que requieren la ayuda de algún abogado especialista en el tema de patentes.
Una vez a usted se le otorga la patente, usted puede disponer de ella por un periodo no renovable de veinte años. Después de esto, se afirma que la idea se encuentra en “dominio público”, es decir, la idea puede ser utilizada por quien sea sin costo alguno. Si alguien desea utilizar una idea patentada, lo que usualmente ocurre es que el dueño de la patente otorga una licencia de uso a cambio de dinero o de otra licencia (lo que llaman en inglés “cross-licensing“). También tiene la opción de dejar su licencia libre de costo al público o no conceder licencia en absoluto.
Obviamente todo esto es mucho más complicado que lo que suena. En varios casos el sistema de patentes puede representar un atraso más que un adelanto tecnológico. Sin embargo, esto es un tema para otra ocasión. Para más información, visite el portal de la Oficina de Patentes y Marcas Comerciales de Estados Unidos.
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La evidencia de que la Fundación Rockefeller es dueña del virus del zika
Dada esta información básica, la noticia de que la Fundación Rockefeller es dueña del virus del zika se vuelve sospechosa. El virus no fue inventado por dicha fundación, simplemente porque la tecnología para ello no existía en el momento. Tampoco pudo haber patentado el virus porque no era un invento. Es más, aun si hubiera sido un invento de los Rockefeller sometido a la Oficina de Patentes en 1947, ya la patente hubiera expirado (en 1967). La Fundación Rockefeller no ganaría dinero en absoluto en regalías por concepto de patentes.
¿Dónde se encuentra la evidencia de que los Rockefeller tienen patentes sobre el virus? Lo que ha circulado en las redes sociales es algo parecido a esta imagen:
El área circulada es la nota de la discordia. La Fundación Rockefeller encontró el virus del zika en Uganda y depositó una muestra en ATCC. Sin embargo, nos percatamos que esta no es una página de la Oficina de Patentes y Marcas Comerciales de Estados Unidos. No estamos ante una muestra de la patente del virus del zika.
¿Qué es ATCC? La organización privada sin fines de lucro se describe de la siguiente manera:
ATCC is the premier global biological materials resource and standards organization whose mission focuses on the acquisition, authentication, production, preservation, development, and distribution of standard reference microorganisms, cell lines, and other materials. While maintaining traditional collection materials, ATCC develops high quality products, standards, and services to support scientific research and breakthroughs that improve the health of global populations.
En otras palabras, estamos ante una institución que es para todos los efectos, un banco de materiales biológicos para ser provistos a investigadores, para propósitos de investigación o experimentación.
¿Qué hizo realmente la Rockefeller Foundation? Los científicos auspiciados por la organización encontraron y aislaron el virus del zika en Uganda. Para propósitos de contribuir a las ciencias, depositó su muestra a ATCC para hacer el virus disponible para investigadores científicos en Estados Unidos y a nivel global.
¡Eso es todo!
No existe evidencia alguna de que la Fundación sea dueña o se esté lucrando del virus del zika o que está impidiendo mediante patentes la fabricación de una vacuna. Tampoco hay evidencia alguna de que el objetivo de la Fundación sea “matar a millones de personas”. Al contrario, esta organización privada ha utilizado bastante de la fortuna de los Rockefeller para el bienestar de la humanidad por décadas y lo sigue haciendo.
Aun con todo, eso no excluye que la Fundación no haya participado en actividades cuestionables. El historiador Pedro Aponte Vázquez ha apuntado a la complicidad de esa organización a la hora de ocultar las fechorías del Dr. Cornellius Rhoads y puede ser porque fue en parte responsable de enviar a Rhoads a Puerto Rico y poque la famosa carta de Rhoads donde confesaba su crimen se dirigía a alguna persona asociada con el Instituto Rockefeller de Investigación Médica. Los detalles de este escándalo están en este libro escrito por Aponte Vázquez. Además, ha tenido un historial de prácticas racistas en el pasado (especialmente en la década del ’30) y hoy día la fortuna de la familia Rockefeller contribuye a la inestabilidad del medio ambiente al tener notorios intereses en el área de los combustibles fósiles. Algunos han especulado que la organización ambientalista Greenpeace se opone a la creación de plantas de energía nuclear en parte porque es financiada por la Rockefeller Foundation.
Sin embargo, dudo muchísimo que la Fundación quiera aniquilar a la humanidad con el zika, algo del que no se lucra mediante regalías.
Finalmente, véase las declaraciones de la Fundación Rockefeller al respecto.
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