
Centers for Disease Control and Prevention (CDC)
Como a veces ocurre en estos casos, los problemas de salubridad pública pueden mezclarse inconvenientemente con intereses económicos y políticos.
Como discutimos en nuestro primer artículo sobre este tema, especialmente ante declaraciones hechas por el Dr. Jesús G. Alvelo en el programa radial Fuego Cruzado, parece que el CDC está luchando por fondos.
El abogado Jay Fonseca y la periodista Valeria Collazo Cañizares revelaron un documento que abona a esta sospecha del Dr. Alvelo. Parece ser que mediante el cabildeo de muchas de ciertas empresas, los republicanos en el Congreso de Estados Unidos le han solicitado a la Rama Ejecutiva federal su favor a legislación que desregularía el uso de pesticidas en Estados Unidos como condición para que el CDC reciba fondos ($1.1 mil millones) para lidiar con el problema del zika en Puerto Rico. He aquí las imágenes de los documentos como las presentó la periodista Collazo Cañizares en su página de Facebook.
Este asunto no solo añade a la inseguridad al país sobre la sabiduría del CDC de fumigar con naled, sino que la reciente decisión de la Secretaria de Salud de “poner un hold“ a su recomendación de fumigar con naled, levanta un signo de interrogación a la competencia de la administración de García Padilla para hacer un avalúo de riesgo adecuado para tomar una decisión al respecto y comunicar esa información al público.
Es cierto que, contrario al caso de Florida, el CDC no planifica solamente usar naled, sino también BTI, un larvicida. Además, tiene pensado fumigaciones periódicas (semanales) para la reducción gradual de la población del mosquito Aedes aegypti. Puede ser que funcione (y aun así muchos expertos cuestionan esta efectividad), pero puede tener un impacto en nuestro ecosistema tal como ha ocurrido en otros lugares en Estados Unidos. Desgraciadamente, más que cualquier cosa, la consideración salubrista choca de frente con el ánimo del pueblo de Puerto Rico en relación con este y otros temas apremiantes.
Puede ser que, dada la realidad política y social de Puerto Rico, sea más sensato asperjar periódicamente solo con BTI, tal como sugiere el oncólogo Dr. Fernando Cabanillas, ya que es mucho menos tóxico, además de ser eficiente matando las larvas. Además, el BTI no afecta adversamente a las abejas, no perjudica la agricultura orgánica ni tiene mayores consecuencias para la salud humana. Puede ser que desde un punto de vista estrictamente científico esto no sea suficiente, pero es lo que la realidad política nos presenta. En tal caso, desde un punto de vista de bienestar social, hace falta una combinación de esta medida con una fuerte inversión en educación pública sobre la eliminación de criaderos de mosquitos y otras iniciativas de labor comunitaria.
Por lo pronto, lo menos que Puerto Rico necesita en estos momentos es ser víctima de intereses corporativos junto a un conflicto entre republicanos y demócratas en cuanto a políticas de regulación.
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